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España España · sevilla
Voto de Jlamotta:
4
Intriga. Drama Adam (Gyllenhaal) es un afable profesor de historia que lleva una vida bastante monótona. Un día, viendo una película, descubre a un actor que es idéntico a él. Obsesionado con la idea de tener un doble, la búsqueda de ese hombre tendrá para él consecuencias inesperadas... Libre adaptación de la novela "El hombre duplicado", de José Saramago. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2013
47 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los anteriores trabajos de Denis Villeneuve me entusiasmaron por su concepción clásica de la narración y un estilo tradicional que promovía la importancia de la historia por encima de cualquier otra cosa. Tanto Incendies (2010) como Prisoners (2013) poseen argumentos duros, personajes dramáticos que se enfrentan a situaciones más grandes que la suma de todas sus experiencias previas. En ambas hay misterios que pueden ir resolviéndose en el devenir de la trama, o quedar inconclusos. y, a pesar de eso, no dejaban un regusto amargo de incomprensión. No te facilitaba todos los detalles del puzzle pero si las piezas, por lo que la búsqueda de la verdad partía de una base coherente y sólida. Todo eso desaparece en su nuevo trabajo, Enemy (rodado casi al mismo tiempo que Prisoners), donde es el espectador el que debe rellenar los huecos de la mente del protagonista y discernir donde empieza y termina la realidad del mundo que presenciamos. El problema no es que no nos proporcionen indicios que rastrear, sino que el envoltorio es molesto, monótono y tedioso, por lo que el caramelo pierde interés a medida que vamos conociendo más de él. Enemy es una adaptación libre de la novela de José Saramago, El hombre duplicado, perpetrada por Javier Gullón y Villeneuve. Tanto la novela como la película plantean las mismas preguntas:¿Cómo saber quiénes somos? ¿En qué consiste la identidad? ¿Qué nos define como personas individuales y únicas? ¿Podemos asumir que nuestra voz, nuestros rasgos, hasta la mínima marca distintiva, se repitan en otra persona? ¿Podríamos intercambiarnos con nuestro doble sin que nuestros allegados lo percibiesen? Ninguna de esas cuestiones queda respondida en el film. Y eso está bien. El cine debe plantear siempre, y responder poco, pues es la manera en que el público se inmiscuya en la historia y se sienta partícipe de ella. Pero eso en Enemy no ocurre, ya que la mayoría de los elementos usados por Villeneuve excluyen, más que integrar. La utilización de la música es cansina y repetitiva, no solo no cumple su objetivo de generar tensión, sino que molesta y desempeña una labor fronteriza con la psicología de los personajes, a la que no te permite acceder debido a su prolongada intromisión. No incordia tanto el hecho de que la trama sea inverosímil, pues entendemos su grado de metáfora y simbolismo, sino su apariencia y su diseño de falso thriller, que embauca de mala manera, haciendo que la frustración sea mayor en su segundo y tercer acto. Villeneuve se marca una fiesta a la que no estamos invitados, a pesar de querer llegar al lugar de celebración. Pero se nos impide sistemáticamente entusiasmarnos por su ritmo cansino de telefilm barato, a pesar de contar con una sugerente fotografía de Nicolas Bolduc donde predomina el ocre para la creación de atmósferas, en uno de los pocos ingredientes que funcionan de la película.

La metáfora es importante en Enemy y, desde el principio, nos lo hacen saber con las lecciones del profesor protagonista del film a sus alumnos. "Las dictaduras mantienen a la sociedad ocupada. En la antigua Roma con pan y circo, proporcionando entretenimiento. Aunque hay quien lo hace de otra forma. Limitando la educación, promoviendo la desinformación, reduciendo las libertades, la cultura, etc". "Karl Marx decía que la historia se repetía siempre dos veces:la primera vez como tragedia, la segunda como farsa". Sirve como augurio para lo que está por venir, a parte de como presentación de un personaje que vive anclado en la rutina, la desidia y en la ausencia de pasión. Tiene una vida de clase media decente, con un buen trabajo y una novia que le quiere, pero a su vida le falta acción, misterio, intriga. Y vaya si la encuentra. La búsqueda de su otro "yo" no es más que un intento desesperado por conocerse a si mismo, a su psique, su alma, su ser, su conciencia. Su existencia se ha amoldado al hábito, a la costumbre y a la repetición, y en ese proceso se ha perdido a si mismo. No tiene hobbies, amigos ni estímulos más allá de practicar sexo (que es muy diferente a hacer el amor, donde la pasión no puede controlarse) con su mujer una y otra vez, y explicar los mismos pedazos de historia a sus alumnos día si y día también. Por tanto, y si nos basamos en su alegoría inicial, su otro "yo" no es más que una farsa creada por su subconsciente, por una paranoia incipiente que le proporciona los estímulos emocionales que ya no podía sentir.

Sigo en spoiler sin ser spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jlamotta
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