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España España · sevilla
Voto de Jlamotta:
6
Thriller Las hormonas pueden ser muy traicioneras. Y si no, que se lo digan a los adolescentes que, atraídos por un anuncio que promete sexo en grupo con una mujer, caen en la trampa de un grupo de fanáticos religiosos dispuestos a erradicar con métodos extremos la libido de la juventud norteamericana. Historia inspirada en la figura real de Fred Phelps, el líder de un grupo religioso extremista que se hacía llamar la Iglesia Bautista Westboro. (FILMAFFINITY) [+]
17 de octubre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos hablan de la resurrección de Kevin Smith tras ganar en el Festival de Sitges 2011 el galardón a mejor película en la sección oficial. Es cierto que es un film muy disfrutable que aporta nuevos bríos a la irregular carrera del director nacido en la ciudad de Tony Soprano, Nueva Jersey. Pero hay que mirar un poco atrás para darnos cuenta de que cualquier cosa que no sea Zack and Miri Make a Porno, Cop Out o Jersey Girl iba a ser objeto de elogios tanto por parte de los detractores como de los admiradores del ingenioso guionista. Es decir, no es tanto la película en si (repito, muy disfrutable) la causa de esta supuesta resurrección como de que no se parezca en nada a lo hecho anteriormente, algo de lo que me alegro profundamente. Porque el creador de Jay y Bob el silencioso parecía haberse encallado en una situación de quiero y no puedo, una frustración que le hacía recuperar viejos personajes, ablandarse o incluso, como sucedía en la anteriormente citada Cop Out, dejar de escribir sus propios guiones apostándolo todo a la (nula)química de la pareja protagonista formada por Bruce Willis y un insoportable Tracy Morgan. Red State resucita mi vieja idea sobre Smith de que ha nacido para ser director y escritor de género. Comedia o terror, principalmente.

Red State se basa en una realidad disfrazada de ficción inspirándose en la familia Phelps y sobre todo en Fred Phelps, conocido por su homofobia predicando que Dios odia a los homosexuales y que les castigará al igual que a cualquier persona que esté insuficientemente en contra de los homosexuales llegando a manifestarse en los funerales de los soldados americanos como protesta, por ejemplo. Como ya hiciera en Dogma, Smith ridiculiza a estos fanáticos con humor negro y violencia extrema. Aunque eso no quita para que, durante casi todo el segundo acto, les de espacio para mostrar su punto de vista, algo que es de agradecer pues el espectador puede elegir libremente cual de las partes merece su empatía. De hecho, uno de los puntos fuertes del guión, aparte de su frescura y ser lo suficientemente impredecible, es el reparto del protagonismo en tres figuras a lo largo de tres actos: los adolescentes salidos, la secta y los cuerpos de seguridad liderados por el genial John Goodman. Y los tres son criticados sin piedad. Los niñatos que buscaban sexo desesperadamente de American Pie reciben aquí su merecido, cosa que no ocurría en la popular comedia de los 90, como una suerte de justicia divina tardía, pero justa. La secta es tratada desde el interior retratando su locura y desmesura. Y la ley tampoco se libra, quedando como buscadores sin descanso de terroristas islámicos sean estos los culpables o no de la situación.

Sigo en spoiler pero no es spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jlamotta
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