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Voto de barbara12:
5
6,3
4.427
Drama
Australia, 1926. Un bote encalla en una isla remota y a su encuentro acuden el farero Tom Sherbourne y su joven esposa Isabel. En el interior del bote yacen un hombre muerto y un bebé que llora con desesperación. Tom e Isabel adoptan al niño y deciden criarlo sin informar a las autoridades. Todo se complica cuando descubren que la madre biológica del bebé está viva. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2017
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me ha gustado y no me ha gustado.
Dramón perteneciente a la nueva generación, pero mezclado con melodrama de aquellos años de entre cincuenta y setenta intensos pero apasionados, en los que las pasiones más intensas ardían hasta consumir y no dejar nada, y donde el ser madre lo era todo.
Así "La luz entre los océanos" solo puede ser tomada metafóricamente como la interpretación de Fassbender como el farero Tom, como una luz suave e inesperada que media entre los dos océanos, las dos grandes mujeres aquí interpretadas por Vikander y la siempre hermosa Rachel Weisz.
Ambas mujeres son las que incendian, dan vida y dan a luz a la historia. Tom es un personaje absolutamente transparente, pero no por ello prescindible. Es lo mágico del rol de Fassbender aquí, quien deja la película a sus dos compañeras, pero sin perder por ello el protagonismo principal. Él es la luz en esta película larga pero apasionante, por momentos demasiado lenta y desesperante. La luz es clara al principio, pesada en medio cuando las lágrimas es todo cuanto encuentras en tu camino por la iluminción, pero deslumbrante al final cuando la verdad surge ante el espectador en medio de lo que la vida depara a cada uno de los personajes, que están envueltos en una manta de gran fotografía marítima, en ocasiones excesivamente hermosa para tal historia.
Las interpretaciones son superiores a las de las otras películas que me había encontrado en cartel. Rachel Weisz me ha impactado, echaba de menos esa fuerza de madre suya, esa feminidad atrapada que emerge para revindicar lo que es suyo. Y Michael está fantástico, cambiando de rol completamente. Vikander sigue su línea de personajes femeninos jóvenes y frustrados que tanta gloria le está trayendo a su carrera.
La música es discreta, sin partituras que huelan a Oscar, pero toda la fuerza de esta luz de la película apunta hacia las grandes interpretaciones que pululan entorno a un mal comportamiento.
Y al final, la inevitable moraleja. ¿Qué se debe hacer? Siempre el perdón es una opción, aunque a veces errónea. Si buscas pasar una tarde larga, entretenida y melancólica, esta es tu película. El juicio de Salomón de las dos mujeres reclamando al niño.
Y como diría el comisario Richie en "American Gangster" lo correcto, algo de lo que Isabel y Tom no tienen ni idea. Pero gracias a eso, tenemos una gran película que nunca más volveré a ver, pero a la que nunca olvidaré. Eso seguro.
Dramón perteneciente a la nueva generación, pero mezclado con melodrama de aquellos años de entre cincuenta y setenta intensos pero apasionados, en los que las pasiones más intensas ardían hasta consumir y no dejar nada, y donde el ser madre lo era todo.
Así "La luz entre los océanos" solo puede ser tomada metafóricamente como la interpretación de Fassbender como el farero Tom, como una luz suave e inesperada que media entre los dos océanos, las dos grandes mujeres aquí interpretadas por Vikander y la siempre hermosa Rachel Weisz.
Ambas mujeres son las que incendian, dan vida y dan a luz a la historia. Tom es un personaje absolutamente transparente, pero no por ello prescindible. Es lo mágico del rol de Fassbender aquí, quien deja la película a sus dos compañeras, pero sin perder por ello el protagonismo principal. Él es la luz en esta película larga pero apasionante, por momentos demasiado lenta y desesperante. La luz es clara al principio, pesada en medio cuando las lágrimas es todo cuanto encuentras en tu camino por la iluminción, pero deslumbrante al final cuando la verdad surge ante el espectador en medio de lo que la vida depara a cada uno de los personajes, que están envueltos en una manta de gran fotografía marítima, en ocasiones excesivamente hermosa para tal historia.
Las interpretaciones son superiores a las de las otras películas que me había encontrado en cartel. Rachel Weisz me ha impactado, echaba de menos esa fuerza de madre suya, esa feminidad atrapada que emerge para revindicar lo que es suyo. Y Michael está fantástico, cambiando de rol completamente. Vikander sigue su línea de personajes femeninos jóvenes y frustrados que tanta gloria le está trayendo a su carrera.
La música es discreta, sin partituras que huelan a Oscar, pero toda la fuerza de esta luz de la película apunta hacia las grandes interpretaciones que pululan entorno a un mal comportamiento.
Y al final, la inevitable moraleja. ¿Qué se debe hacer? Siempre el perdón es una opción, aunque a veces errónea. Si buscas pasar una tarde larga, entretenida y melancólica, esta es tu película. El juicio de Salomón de las dos mujeres reclamando al niño.
Y como diría el comisario Richie en "American Gangster" lo correcto, algo de lo que Isabel y Tom no tienen ni idea. Pero gracias a eso, tenemos una gran película que nunca más volveré a ver, pero a la que nunca olvidaré. Eso seguro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Final maravilloso, de corte inigualable y original, la niña Grace finalmente encuentra su sitio: siempre ha sido junto a su verdadera madre, Rachel Weisz, pero sin olvidar a aquel hombre farero y su mujer quienes la rescataron. Tienen su respeto pero no su amor.
Su amor es para su madre, con justicia. Lo que Tom e Isabel hicieron no está justificado, fingir que la niña era suya, eso no fue piedad, no fue justicia, no fue bondad. Fue inconsciencia e ignorancia, ceguera. Robar una niña que no era suya y condenar a una madre a la soledad, el desamparo y el dolor no está justificado por mucha esterilidad que una mujer tenga. Lo correcto, eso es lo que se debe hacer.
Isabel debería haber ido a visitar a un médico, adoptar a un niño legalmente, y tener una vida feliz. Con una familia propia. Pero hacer lo correcto conlleva renuncia, sacrificio, orgullo tragado y mucho dolor. Cosas que Isabel y Tom no experimentan hasta pagar las consecuencias por ello.
Su amor es para su madre, con justicia. Lo que Tom e Isabel hicieron no está justificado, fingir que la niña era suya, eso no fue piedad, no fue justicia, no fue bondad. Fue inconsciencia e ignorancia, ceguera. Robar una niña que no era suya y condenar a una madre a la soledad, el desamparo y el dolor no está justificado por mucha esterilidad que una mujer tenga. Lo correcto, eso es lo que se debe hacer.
Isabel debería haber ido a visitar a un médico, adoptar a un niño legalmente, y tener una vida feliz. Con una familia propia. Pero hacer lo correcto conlleva renuncia, sacrificio, orgullo tragado y mucho dolor. Cosas que Isabel y Tom no experimentan hasta pagar las consecuencias por ello.