Autobiografía de San Agustín de Hipona, quien en la piel de Franco Nero cuenta su propia historia, como David Copperfield "La historia de mi vida", y comienza desde su estancia en Hipona, donde es obispo de la Iglesia.

Nacido en Tagaste el 354 d. C. y llamado inicialmente Constantino por su padre borrachín para ser cambiado su nombre por el de Agustín gracias a su madre Mónica, será la fe de ésta determinante en el futuro de su hijo.
Convertido años más tarde en un brillante abogado tras unos primeros años de adolescencia rebelde, y conseguir estudiar derecho, Alessandro Preziosi será quien tome el relevo al actor que hace de muchacho, haciendo así que la historia entre en su segundo acto.

Dividida la miniserie en dos partes yo hubiera elegido a otro actor para el papel de Agustín adulto, no a Alessandro Preziosi, pues éste le otorga a su personaje una villanía excesiva.
Sabedor de sus propios pecados, Agustín va desgranando su vida con la voz en off de Franco Nero, lo cual resulta muy gratificante.
He leído por parte de otros usuarios que es una serie un poco lenta.

En efecto lo es en cuanto se refiere a las causas judiciales que Agustín representará o la continua necesidad del director por mostrar sus grandes dotes oratorias, pero el conjunto es de una notable calidad, brillando con luz propia la actriz Monica Guerritore, quien interpreta a la madre de Agustín, llamada también Mónica.

La fe y la palabra de Cristo estará siempre presente en la vida del futuro santo, siendo llevada por su madre, aquella mujer desgastada en sus oraciones y perseverante en una fe inquebrantable que seguirá los pasos de su hijo, en sueños y en realidad, enlazando unos con otros, y años más tarde la sobrina de Agustín con aquel soldado prepotente romano, Fabio, quien protegerá Hipona de los vándalos también portará tal antorcha.

El seguimiento de los hombres paganos por parte de sus mujeres creyentes o al revés, siempre funciona en el género bíblico, como una puerta a la esperanza de encontrar el camino que nos lleve a la verdad. La vida de San Augustín es una vida de aprendizaje, como la de todos nosotros, por eso es una película moralizante y hermosa.

Para definir sus vicios antes de conocer a Dios como dice él mismo "Todos los hombres hechizados con esta muerte en vida", como sinónimo de una vida vacía tan de moda hoy en día por desgracia, hace que esta serie sea ahora más bienvenida que nunca.

El resto del reparto juega en primera liga aunque sean nombres poco conocidos.