Después de ver la basura de cine infantil y familiar actual puedo concluir que la última película decente de este género rodada es "Annie", el remake de Will Gluck en el 14.

Realmente con un joven talento como Quvenzhané Wallis, de esos que ya no hay, la cinta se convierte en una historieta entretenida, con canciones pegadizas y cierto encanto que se consiguen gracias a actores de verdad, como son Jamie Foxx solo para empezar, en el personaje del rico y estirado candidato a la alcaldía, y Rose Byrne como su dulce secretaria y potencial madre adoptiva de Annie, por no hablar de los espléndidamente villanos, Cameron Díaz y Bobby Cannabale.

La película no peca como "Clifford el perro rojo" (2022) de mal reparto, ni de una niña repipi, ni de situaciones lamentables, ni de cuotas raciales o sociales, libre de política, por lo menos para mi gusto, Annie se consagra como la última gran película en formato familiar que contaba con cierta decencia, por mucho que la versión clásica sea mejor.

Los personajes tienen química, con recuerdos a un pasado que ya nunca volverá. Así el personaje de Cameron Díaz es uno trágico que se atisba más allá de su singular esperpento, perfectamente caracterizado por la actriz, que con su belleza se roba los planos de la niña a pesar de ser una auténtica arpía.

Se deja entrever también en Rose Byrne ese miedo a la soledad y a no ser correspondida, los adultos son adultos no mamarrachos que se dedican a seguir las órdenes de los niños como en el cine familiar de los últimos tiempos, con un bagaje en la vida que no se esconde, y los niños, niños, dando con su humanidad e inocencia el broche final a una película para mí, hermosa, y mucho.