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Voto de barbara12:
6
6,1
2.288
Drama
Narra la historia real del inversor Bernie Madoff y su estafa Ponzi piramidal. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Homenaje a la bajada a los infiernos de la estafa piramidal llevada a cabo durante veinte años por Benrie Madoff, llevándose consigo la friolera de 65 millones de dólares de miles de personas a las que dejó en la mayor parte de los casos con una mano delante y otra detrás, fueran grandes o pequeñas sus fortunas.
La integridad aparente con que Robert De Niro, el alma absoluta de esta cinta, al igual que en "Casino", traza a su Bernie es la de alguien que se cansa de estafar en una recurrente melodía salpicada de mentiras, ocultaciones, cansancio, bochorno y arrepentimiento incluso, frente a la visión lineal que ofrecen las interpretaciones en el caso de los hijos, uno simplón y el otro simplemente tonto de remate.
La miseria a que su familia poco a poco se a ver abocada debido a la falta de sensibilidad de Madoff el cual es consciente de lo hecho y su porvenir se ve realizada en la matriarca, Ruth, interpretada por una Michelle Pfeiffer que parece que le da pavor que la cámara la encuentre y de estar luchando contra un paso del tiempo en una profesión que no te lo permite mientras quieras estar en el candelero en esa profesión.
Y es que "Wizard of Lies" está pididendo una serie a gritos. Recuerdo la primera vez que vi el cartel promocional de la película, creí que eran varios episodios, y éste un piloto doble. Porque el trazado de los personajes, toscamente bajados a la condición de hijos engreídos, estúpidos y superficiales no dignos ni de tener un padre estafador de tal calibre nos hacen ver en ello una proyección de la reacción del pecado de Madoff en su familia, cómo se lo tomaron ellos.
Lo mejor de esta película es la frialdad aparente con que el estafador coge las riendas del mundo, frente a la debilidad de su entorno, que pareciera no existir sino solo cuando el hombre está forrado.
Cosas tales como el interés y la codicia guiarán a personajes tan lamentables como ilusos. Las interpretaciones fuera de Pfeiffer y De Niro espantosas, los hijos son una catástrofe y un asco el resto de secundarios.
Robert de Niro demuestra una vez más que es un animal escénico, que ni los años ni los acontecimientos logran destronarle de su trono de oro en la actuación.
Ritmo muy lento, pero aprovechable, la película está hecha para la reflexión acerca del dinero y el poder, y después la famiilia, la cual puede ser igualmente desagradable. La maraña de palabras con que se adornó todo hace que tan solo veamos miserables y estemos deseando ver la caída.
La integridad aparente con que Robert De Niro, el alma absoluta de esta cinta, al igual que en "Casino", traza a su Bernie es la de alguien que se cansa de estafar en una recurrente melodía salpicada de mentiras, ocultaciones, cansancio, bochorno y arrepentimiento incluso, frente a la visión lineal que ofrecen las interpretaciones en el caso de los hijos, uno simplón y el otro simplemente tonto de remate.
La miseria a que su familia poco a poco se a ver abocada debido a la falta de sensibilidad de Madoff el cual es consciente de lo hecho y su porvenir se ve realizada en la matriarca, Ruth, interpretada por una Michelle Pfeiffer que parece que le da pavor que la cámara la encuentre y de estar luchando contra un paso del tiempo en una profesión que no te lo permite mientras quieras estar en el candelero en esa profesión.
Y es que "Wizard of Lies" está pididendo una serie a gritos. Recuerdo la primera vez que vi el cartel promocional de la película, creí que eran varios episodios, y éste un piloto doble. Porque el trazado de los personajes, toscamente bajados a la condición de hijos engreídos, estúpidos y superficiales no dignos ni de tener un padre estafador de tal calibre nos hacen ver en ello una proyección de la reacción del pecado de Madoff en su familia, cómo se lo tomaron ellos.
Lo mejor de esta película es la frialdad aparente con que el estafador coge las riendas del mundo, frente a la debilidad de su entorno, que pareciera no existir sino solo cuando el hombre está forrado.
Cosas tales como el interés y la codicia guiarán a personajes tan lamentables como ilusos. Las interpretaciones fuera de Pfeiffer y De Niro espantosas, los hijos son una catástrofe y un asco el resto de secundarios.
Robert de Niro demuestra una vez más que es un animal escénico, que ni los años ni los acontecimientos logran destronarle de su trono de oro en la actuación.
Ritmo muy lento, pero aprovechable, la película está hecha para la reflexión acerca del dinero y el poder, y después la famiilia, la cual puede ser igualmente desagradable. La maraña de palabras con que se adornó todo hace que tan solo veamos miserables y estemos deseando ver la caída.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
¿Qué momento es acaso más glorioso que ese del abuelo poniendo a una de sus nietas pingando por preguntarle con 8 años por la bolsa en Wall Street?
Las nueras parecen haber terminado en la trama antes de lo que lo verdad lo hacen, pues podemos ver como le salen colmillos casi y al menos una de ellas abandona miserablemente a su marido por no soportar que la señalen por la calle, demostrando que una vez más la nula o poca capacidad que tiene el amor de descubrirse.
Los actores que hacen de hijos son espantosos, genialmente diseñados para que los odies nada más verlo (nadie puede ser tan perezoso, inúti, vago y miserable) tan babosos como sus mujeres a quienes solo la visión de los euros han hecho ponerse interesado en ellos.
Durante la larga narración de la película que siente que es larga. un sentimiento de querer hacer justicia se expande, de castigar a los hijos idiotas que jamás se han interesado por un negocio en el que se suponen que trabajan, la inactividad de la madre, para la cual la vida es una cosa que no le produce ni gozo ni dolor, las nueras interesadas preparadas para conquistar el mundo con partos y quejas. Que todos han disfrutado del dinero robado, que todos merecerían ir a la cárcel se va haciendo más y más obvio delante del oprobio de tantas batallas perdidas, lo cual es cierto.
Las nueras parecen haber terminado en la trama antes de lo que lo verdad lo hacen, pues podemos ver como le salen colmillos casi y al menos una de ellas abandona miserablemente a su marido por no soportar que la señalen por la calle, demostrando que una vez más la nula o poca capacidad que tiene el amor de descubrirse.
Los actores que hacen de hijos son espantosos, genialmente diseñados para que los odies nada más verlo (nadie puede ser tan perezoso, inúti, vago y miserable) tan babosos como sus mujeres a quienes solo la visión de los euros han hecho ponerse interesado en ellos.
Durante la larga narración de la película que siente que es larga. un sentimiento de querer hacer justicia se expande, de castigar a los hijos idiotas que jamás se han interesado por un negocio en el que se suponen que trabajan, la inactividad de la madre, para la cual la vida es una cosa que no le produce ni gozo ni dolor, las nueras interesadas preparadas para conquistar el mundo con partos y quejas. Que todos han disfrutado del dinero robado, que todos merecerían ir a la cárcel se va haciendo más y más obvio delante del oprobio de tantas batallas perdidas, lo cual es cierto.