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Voto de churruflisquis:
6
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5.638
Drama. Intriga
Inglaterra Isabelina, siglo XVI. El film plantea una cuestión que, durante siglos, han debatido académicos y grandes escritores desde Mark Twain y Charles Dickens hasta Henry James y Sigmund Freud: ¿quién fue el autor de las obras de teatro atribuidas tradicionalmente a William Shakespeare? Se han escrito muchos libros y se han barajado muchas hipótesis al respecto, entre ellas la que ofrece Anonymous. La Inglaterra Isabelina fue un ... [+]
8 de enero de 2014
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Nos encontramos ante una película histórica y como tal precisa una valoración histórica :
En la época isabelina que popularizó el teatro clásico inglés era frecuente que el autor de la obra quedase en el anonimato, el libreto fuera “retocado” o recortado a lo largo de sucesivas representaciones. No había mucho respeto hacia los “derechos de autor” y los beneficios acababan más bien en manos de los empresarios teatrales. William Shakespeare no es una figura protagónica, no hay demasiada constancia histórica de su presencia, parece que eso fue la voluntad o al menos el carácter del genio de Stratford. No es descabellado pues pensar que algunas de las piezas de la basta y desigual obra del poeta inglés fuesen reescrituras o simplemente perteneciesen a alguno de otros autores. Sin embargo cabe preguntarse por las reiteradas dudas respecto a su persona. En principio si se nos dice que shakespeare era un simple actor de compañía, efectivamente nos choca un poco con la idea de literato o erudito que pudiéramos tener del autor británico. Si se nos dice que fue hijo de un comerciante y que en su testamento no hay constancia de que dejara ningún libro entre su legado, nuestras sospechas se ven avivadas. Alguien dirá que cuando el río suena, agua lleva, que las repetidas dudas respecto a la autoría de William Shakespeare serán por algo. En este caso no coincido con el dicho popular y simplemente creo que las dudas se retroalimentan, que basta que tu lances sospechas sobre alguien para que todo sea visto desde ese prisma y que lo que son hechos corrientes pasen a ser singulares y se acaben convirtiendo en indicios. Si acordamos que Shakespeare fue un personaje oscuro, no podemos afirmar que los detalles para la sospecha sean efectivamente reales. Shakespeare no fue hijo de un noble, pero su padre fue un rico comerciante que proporcionó educación y acceso a la cultura al joven que aficionado a las artes escénicas acabó emigrando a Londres. La formación de shakespeare pudiera no ser académica pero no por ello dejar de ser amplia y de interés. Se dice que Shakespeare no conocía las leyes ni los entresijos de las cortes. De nuevo en este caso se sobrevaloran las obras del autor, los dramas shakesperianos no son un visión realista ni pormenorizada de la vida palaciega, son precisamente teatralizaciones, siguiendo giros efectistas para expresar dramas clásicos. La visión del hombre en Shakespeare puede ser profunda pero no es diversa y las historias si son universales es por ser trasladables en época o marco social. Aún siendo autor de teatro, Shakespeare pudo conocer la corte británica a la que acudiese a representar. A través de sus obras podemos ver que no nos encontramos ante un hombre corriente; en su biografía nos darnos cuenta de que aparte actor, poeta y dramaturgo es en última instancia productor teatral. Estuvo bien relacionado en su época y tuvo contacto con otros escritores y autores. En mi opinión en las obras del bardo inglés lo que podemos ver no es erudición, ni conocimientos cortesanos o administrativos, sino alguien que domina el teatro, sus recursos y estructura. No podemos decir mucho sobre la personalidad de Shakespeare, en sus obras el autor toma cierta distancia, aunque en un lenguaje bello presenta los hechos de manera objetiva y que sean ellos los que expresen y emocionen. Como filosofo el poeta inglés es mas bien un escéptico que canta a la vida pero también a su brevedad y a la certeza de la muerte. Después de sopesarlo con calma, a mí si me cuadra que William shakespeare es un actor y empresario teatral, hijo de un rico comerciante, bien relacionado en la vida cultural londinense, y no ningún noble o literato de clase alta. Shakespeare es del pueblo y escribe para el pueblo.
En la época isabelina que popularizó el teatro clásico inglés era frecuente que el autor de la obra quedase en el anonimato, el libreto fuera “retocado” o recortado a lo largo de sucesivas representaciones. No había mucho respeto hacia los “derechos de autor” y los beneficios acababan más bien en manos de los empresarios teatrales. William Shakespeare no es una figura protagónica, no hay demasiada constancia histórica de su presencia, parece que eso fue la voluntad o al menos el carácter del genio de Stratford. No es descabellado pues pensar que algunas de las piezas de la basta y desigual obra del poeta inglés fuesen reescrituras o simplemente perteneciesen a alguno de otros autores. Sin embargo cabe preguntarse por las reiteradas dudas respecto a su persona. En principio si se nos dice que shakespeare era un simple actor de compañía, efectivamente nos choca un poco con la idea de literato o erudito que pudiéramos tener del autor británico. Si se nos dice que fue hijo de un comerciante y que en su testamento no hay constancia de que dejara ningún libro entre su legado, nuestras sospechas se ven avivadas. Alguien dirá que cuando el río suena, agua lleva, que las repetidas dudas respecto a la autoría de William Shakespeare serán por algo. En este caso no coincido con el dicho popular y simplemente creo que las dudas se retroalimentan, que basta que tu lances sospechas sobre alguien para que todo sea visto desde ese prisma y que lo que son hechos corrientes pasen a ser singulares y se acaben convirtiendo en indicios. Si acordamos que Shakespeare fue un personaje oscuro, no podemos afirmar que los detalles para la sospecha sean efectivamente reales. Shakespeare no fue hijo de un noble, pero su padre fue un rico comerciante que proporcionó educación y acceso a la cultura al joven que aficionado a las artes escénicas acabó emigrando a Londres. La formación de shakespeare pudiera no ser académica pero no por ello dejar de ser amplia y de interés. Se dice que Shakespeare no conocía las leyes ni los entresijos de las cortes. De nuevo en este caso se sobrevaloran las obras del autor, los dramas shakesperianos no son un visión realista ni pormenorizada de la vida palaciega, son precisamente teatralizaciones, siguiendo giros efectistas para expresar dramas clásicos. La visión del hombre en Shakespeare puede ser profunda pero no es diversa y las historias si son universales es por ser trasladables en época o marco social. Aún siendo autor de teatro, Shakespeare pudo conocer la corte británica a la que acudiese a representar. A través de sus obras podemos ver que no nos encontramos ante un hombre corriente; en su biografía nos darnos cuenta de que aparte actor, poeta y dramaturgo es en última instancia productor teatral. Estuvo bien relacionado en su época y tuvo contacto con otros escritores y autores. En mi opinión en las obras del bardo inglés lo que podemos ver no es erudición, ni conocimientos cortesanos o administrativos, sino alguien que domina el teatro, sus recursos y estructura. No podemos decir mucho sobre la personalidad de Shakespeare, en sus obras el autor toma cierta distancia, aunque en un lenguaje bello presenta los hechos de manera objetiva y que sean ellos los que expresen y emocionen. Como filosofo el poeta inglés es mas bien un escéptico que canta a la vida pero también a su brevedad y a la certeza de la muerte. Después de sopesarlo con calma, a mí si me cuadra que William shakespeare es un actor y empresario teatral, hijo de un rico comerciante, bien relacionado en la vida cultural londinense, y no ningún noble o literato de clase alta. Shakespeare es del pueblo y escribe para el pueblo.
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spoiler:
Las dudas acerca de la persona de William Shakespeare comienzan mucho tiempo después de su muerte y según citan algunos cobran auge cuando la fama empieza a elevar al poeta británico a la categoría de mejor escritor en habla inglesa. Dudas que en mi opinión se alimentan a sí mismas. En el libro “Shakespeare identificado” el profesor Thomas J. Looney, en 1920, lanza la teoría de que el autor de las obras de Shakespeare es Edward de Vere, decimoséptimo conde de Oxford. El método probatorio seguido por Looney es la comparación entre datos biográficos del conde con las obras de Shakespeare. Las especulaciones de Looney alcanzan bastante éxito y personajes de renombre se suman a las dudas respecto al autor de Stratford. El propio Freud apoya la teoría de Looney, que se basa en la comparación entre vida y obra como método de autoría, un sistema muy cercano al psicoanálisis. También Lacan secunda las teorías de Looney, que son ejemplo de sobre interpretación, comparable a los excesos del psicoanálisis cuando pretende interpretar toda obra artística como expresión soterrada de los propios traumas del autor. Esto es así en cierto grado y en otras ocasiones simplemente no es así. Si comparamos la vida de cada uno de nosotros con la obra de Shakespeare, dado su carácter universal y mitológico, descubriremos que algunos de nosotros somos sospechosos de haber sido los autores de la obra del bardo. El profesor de literatura comparada americano James S. Shapiro repasa las teorías conspirativas de Looney dejando de manifiesto que no hay base en esas especulaciones y que podemos seguir diciendo que Shakespeare es Shakespeare, así sea en la distancia y en la cierta oscuridad de la figura pública. Las obras de Shakespeare continuaron apareciendo varios años después de la muerte de de Vere, encontrándose en ellas analogías a sucesos históricos de esos años posteriores. Looney hace especulaciones interesantes, como toda teoría de conspiración resulta sugerente, pero sus fundamentos carecen de rigor y sus conclusiones son erróneas; por muy atractivo que pueda resultar la historia del conde de Oxford como autor en la sombra, Edward de Vere no es Shakespeare.
Pero también y sobre todo nos encontramos con una película de aventuras. Desde el punto de vista histórico Anonymous es simplemente equivocada, aunque se basa en teorías existentes. Es recomendable ver Anonymous olvidándose de la perspectiva histórica o inclusive considerándola pura ficción y que podría estar hablando de Shakespeare lo mismo que de cualquier otro. Cinematográficamente funciona muy bien. La ambientación es magnífica, se transmite un tono oscuro, propio de Londres pero sobre todo acorde con la figura de Edward de Vere en la sombra. La película es un espectáculo efectista y bien engarzado, no es un homenaje Shakesperiano, lo que tiene de Shakespeare es casi lo peor del genio de Stratford, el folletín y las intrigas; pero Shakespeare se impone y aún en una película hollywoodiense pervive su espíritu. Shakespeare está por encima de todo, por encima del mal gusto e inclusive por encima de la difamación. Shakespeare no se ofende, Shakespeare se ríe. Y nosotros hemos disfrutado con el film de Emmerich, que instrumentaliza de una manera cuestionable la figura de Shakespeare, que tiene un guión correcto pero con algunos bandazos, con unas muy buenas interpretaciones, con buen vestuario y escenografía, aunque no de los más grandes, con unas bellas panorámicas generales, aunque demasiado evidentes que han sido realizadas por ordenador. El final se precipita, se hace profundo, reflexivo, no Shakesperiano, pero al fin existencialista, sobre la futilidad de la vida y la trascendencia, el sentido. No vamos a perdonar a Shakespeare haber sido tan grande, la persona pública nunca estará a la altura de su obra. El más grande dramaturgo de la humanidad acaba triste y sólo. ¿Acaso no fue así en realidad ?
Pero también y sobre todo nos encontramos con una película de aventuras. Desde el punto de vista histórico Anonymous es simplemente equivocada, aunque se basa en teorías existentes. Es recomendable ver Anonymous olvidándose de la perspectiva histórica o inclusive considerándola pura ficción y que podría estar hablando de Shakespeare lo mismo que de cualquier otro. Cinematográficamente funciona muy bien. La ambientación es magnífica, se transmite un tono oscuro, propio de Londres pero sobre todo acorde con la figura de Edward de Vere en la sombra. La película es un espectáculo efectista y bien engarzado, no es un homenaje Shakesperiano, lo que tiene de Shakespeare es casi lo peor del genio de Stratford, el folletín y las intrigas; pero Shakespeare se impone y aún en una película hollywoodiense pervive su espíritu. Shakespeare está por encima de todo, por encima del mal gusto e inclusive por encima de la difamación. Shakespeare no se ofende, Shakespeare se ríe. Y nosotros hemos disfrutado con el film de Emmerich, que instrumentaliza de una manera cuestionable la figura de Shakespeare, que tiene un guión correcto pero con algunos bandazos, con unas muy buenas interpretaciones, con buen vestuario y escenografía, aunque no de los más grandes, con unas bellas panorámicas generales, aunque demasiado evidentes que han sido realizadas por ordenador. El final se precipita, se hace profundo, reflexivo, no Shakesperiano, pero al fin existencialista, sobre la futilidad de la vida y la trascendencia, el sentido. No vamos a perdonar a Shakespeare haber sido tan grande, la persona pública nunca estará a la altura de su obra. El más grande dramaturgo de la humanidad acaba triste y sólo. ¿Acaso no fue así en realidad ?