Ya tenía yo ganas de que saliese esta película, más que nada para ver hasta qué punto eran fieles a la novela. Y la verdad es que me ha dejado sensaciones ambiguas.
En primer lugar habría que señalar, para todos aquellos que no se hayan leído el libro (deberíais leerlo), que éste trata, por encima de todo, de resaltar la evolución psicológica del protagonista. Todo, absolutamente todo en la historia, está encaminado a hacer que Ender se convierta en un líder. Y aquí está el problema pues, en algo menos de 2 horas, conseguir tal hazaña es, cuanto menos, imposible (como suele ocurrir al versionar novelas).
No es que se dejen nada fundamental, porque consiguen tratar casi todos los puntos que en la historia original consiguen hacer "evolucionar" al niño (quizás eché de menos la subhistoria de sus hermanos). Sin embargo, el querer abarcar todas y cada una de las situaciones narradas en la novela, acaba por convertirse en el mayor defecto de esta película. Y es que, por tal motivo, no acaban de profundizar lo más mínimo en cada una de ellas, provocando que las transiciones narrativas sean demasiado bruscas, lo que condiciona que no nos acabemos de creer que alguien, en tan corto período de tiempo (en el libro duraba muuucho más) pueda llegar a cambiar tanto.
Por si fuera poco, al director (Gavin Hood, perpetrador de la cochambrosa "Lobezno: Orígenes") parecía no bastarle con acelerar la historia, sino que, además, pretende acelerar el ritmo visual (sobre todo al principio de la película) haciendo miles de cambios de plano por minuto, lo cual acaba por marearte (en una conversación de Ender con su familia en su salón llegué a contar un cambio de plano... por segundo!!!...durante casi un minuto!!!... en fin).