Es estimulante ver una película americana sobre la guerra civil española que sin decantarse claramente por el bando nacional (para algunos rebelde), al menos critica una y otra vez la posición repúblicana con la quema de iglesias y otras barbaries que todos sabemos que hicieron pero que hipócritamente callamos o pretendemos ignorar. Podemos decir que esta película es la antítesis a otras, más conocidas y posiblemente mejores, como "¿por quién doblan las campanas?", pero con menos pretensiones y con una lectura añadida que versa sobre la doble moralidad que se le crea a un sacerdote al comienzo de la contienda. Interpretación correcta tanto de Bogarde como de Gardner, que llevan todo el peso de la película.