Primera colaboración de Carole Lombard con el director John Cromwell (después vendría "Dos mujeres y un amor", que también reclutó a Charles Coburn), donde comparte protagonismo con el pusilánime James Stewart.

La película empieza con un ritmo cómico apacible, casi a la hora es cuando empiezan a declinarse los personajes (no es que entorpezca la película) y los problemas empiezan a ser serios, he aquí un buen cambio en los actores que sostienen la interpretación con brazos de hierro, como era de esperar en ellos, en definitiva, una película que te entretiene y gusta, y con echar un vistazo al reparto más aún.