Aquello de "segundas partes nunca fueron buenas" es una verdad a medias. En primer lugar, es cierto que las primeras, por ser las más originales y por ser la primera vez en llevar a cabo una determinada idea, suelen ser siempre las más recordadas y destacadas. Ahora bien, eso no significa que las segundas tengan que ser malas o totalmente decepcionantes. Pueden ser buenas, pero no tanto. En este caso podríamos decir que "segundas partes pocas veces mejoran la primera pero no por eso se convierten en malas". Es el caso de esta película.

La primera tiene una trama mucho más intensa y interesante. Un ritmo totalmente diferente. Los actores, más conocidos, hacen bien su papel. Y la película, sin ser un peliculón, si que se convierte en una agradable sorpresa por su capacidad de innovación en un género donde ya casi todo está muy visto.

"Nunca Juegues con Extraños 2" es bastante previsible pero aún así engancha y entretiene lo suficiente. Aunque se nota en la fotografia y estética que el presupuesto es inferior, cumple con los principales objetivos que se propone.