È stata la mano di Dio, o The hand of God, está dirigida por el gran Paolo Sorrentino, quien se lleva la nominación a Película de habla no inglesa en Globos de Oro y seguramente también a los Oscars. Digo que es una película muy personal, además de contenida (algo que en Sorrentino no suele ser así), porque hay partes de su vida en esta, de manera que el film toma un cáliz mucho más interesante. Puedo dividir la trama de esta historia familia en dos partes, una muy cómica, de humor peculiar, negro, de broma cargante, con el que dicha familia parece disfrutar a costa de los vecinos. En la segunda fase, todo es más dramático y existencial, pues un duro golpe lleva a su protagonista Fabietto (Filippo Scotti) a la resiliencia.

FUE LA MANO DE DIOS es extensa, demasiado como para diseccionarla aquí, pues hay escenas con gran carga filosofal y otras en la que la carcajada es imposible contener. Los padres de Filippo son peculiares (Toni Servillo y Teresa Saponangelo), bromistas hasta el punto de pasarse en ocasiones. Con su tía descubrirá el apetito sexual (Luisa Ranieri) y con algún que otro amigo lo que significa la libertad. A decir verdad, son tantas vivencias las que suceden en pantalla, que es como si viéramos más de una película a la vez, pues los hechos que acontecen son impactantes en cualquiera de sus momentos. Y, la verdad, es que funciona muy bien, aunque es evidente que no es un cine que pueda disfrutar cualquiera. Y por eso también recibe nominaciones académicas.

En definitiva, FUE LA MANO DE DIOS es una de las grandes películas del año, y la trae Netflix. Paolo Sorrentino está en forma y nos regala un sinfín de emociones, drama y humor entremezclándose entre sí. Maradona muy implícita en ella, pues es justo el año en que recala en el equipo napolitano y, al parecer, también es crucial en la vida del joven protagonista. Quizás se lleve premios, o no, en cualquier caso, es una gran opción para este año. No os la perdáis.