Las ansias de continuar con la saga que nació del famoso best-seller de Michael Crichton tuvo como consecuencia el nacimiento de esta película. ‘Jurassic Park III’ es entretenida, sí, pero para quienes hemos leído los libros o hemos disfrutado con las dos anteriores, esta tercera parte está a muchos años luz de lo que uno se esperaba. Es simplona, en ocasiones incluso surrealista, y el toque de ciencia ficción y terror de sus predecesoras aquí se diluye en favor de un entretenimiento más para toda la familia.
Y como las auténticas estrellas de la saga son los dinosaurios, hablemos de ellos. En primer lugar nos sustituyen al gran T. rex, protagonista indiscutible de las dos anteriores, por Spinnosaurus, un dinosaurio más grande que, sin embargo, parece que fue piscívoro. Otra cosa muy divertida es el comportamiento de los raptores, que ha cambiado drásticamente con respecto a las películas anteriores. El nuevo look que tienen está bien, ya que han puesto a las plumas como una característica de dimorfismo sexual para que puedan coexistir las viejas versiones con los nuevos descubrimientos. En cuanto a cómo aparecen en pantalla, en esta ocasión se nota mucho más la diferencia entre las maquetas de los primeros planos (desastrosas) y las recreaciones por ordenador de los planos más alejados (buenas).
Sin duda 'Jurassic Park III' es una película que sobraba, entretenida, pero que la memoria de Michael Crichton no se merecía.