La idea de 'El reino prohibido' es entretenida y la forma de contar su historia no está nada mal, pero la película cae en contínuos tópicos del género, como es el hecho de que todos los personajes que aparezcan sepan artes marciales salvo los esbirros del villano, que caen como moscas.
Tengo la sensación de que la película quiso atraer al cine a los fans de las artes marciales, ¿y qué mejor forma que meter dos de las estrellas actuales de ese género? Por desgracia ambos no se salen mucho de su registro habitual y esta película acaba siendo un más de lo mismo. Por un lado tenemos a Jackie Chan, el rey de las payasadas y los puñetazos, todo en un mismo contenedor, cuya especialidad es usar lo que tiene a su alrededor para luchar. Por otro lado está Jet Li, un actor con un registro más variado que el anterior y que aquí lo demuestra haciendo un poco más el payaso de lo que nos tiene acostumbrados. A parte de estas dos estrellas, también tenemos al chico (Michael Angarano) o a un pardillo en su mundo que cuando va al otro lado se convierte en todo un personaje relevante. Al principio no sabrá nada de las artes marciales que todos bien conocen, pero pronto le enseñan y él aprende para salvar así el reino. Lo mejor que tiene esta película es precisamente el final, que aunque previsible no está mal.
En definitiva, y como ya digo en el título de mi crítica, 'El reino prohibido' es Karate Kid con la clara influencia del cine oriental más moderno de artes marciales. Algo que se ve sobre todo en la dinámica de las peleas, con ese casi excesivo uso de los cables para que los personajes puedan hacer cosas del todo imposibles.