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Voto de pizzapasta:
3
Drama Biopic sobre Beatrix Potter, escritora de libros infantiles. Potter fue una mujer inteligente y carismática que tuvo que luchar contra los convencionalismos de su época. Norman Warme, su editor, del que se enamoró, fue quien la ayudó a alcanzar la fama con sus libros infantiles sobre Peter Rabbit. (FILMAFFINITY)
9 de julio de 2008
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la intención era la de hacer una película infantil sobra el conflicto amoroso y familiar; en cambio, si la intención era más profunda sobran tantos conejitos de colores y la oca Paca, o como se llamase...

Creo que el personaje en sí hubiese dado infinitamente más juego mostrando con mucha más solvencia las dificultades que la realidad del momento representaba para la realización social y profesional de una mujer. En cambio el film se permite desperdiciar el carácter pionero, emprendedor e ideológico que ofrece la protagonista, haciéndola naufragar en indemostrables ensoñaciones pueriles repletas de colorines y dibujitos. Se diluye así cualquier potencial intención reivindicativa en un empalagoso mar de cuentecillos para niños pequeños que, por otra parte, tampoco sería el público idóneo para comprender el meollo principal de la historia que finalmente se construye; cuando lo realmente interesante hubiese sido analizar con mayor rigor y madurez la frustración amorosa, el conflicto familiar, los obstáculos sociales o las marcadas actitudes anticapitalistas y antiburguesas de la protagonista en cuestión; aspectos todos ellos ligeramente esbozados pero casi de puntillas, de manera que el resultado último baila en tierra de nadie debido al simplicismo de su discurso.
Por otra parte, el exacerbado infantilismo que asume la Zellweger, lejos de provocar candor, rechina siete pueblos; los niveles de ñoñez alcanzan su cumbre en escenas como aquella en la que la protagonista, cargada de rubor hasta el píloro, narra un cuento navideño de conejitos a un auditorio adulto que aplaude entusiasmado como si ninguno de ellos alcanzase una edad mental mayor a los 4 años; y da la nota excesivamente, también, la marcada falsedad adoptada por la autora caundo dialoga con sus propias creaciones. Cierto es que todo creador puede llegar a entusiasmarse con su obra (lo de enamorarse u obsesionarse con ella ya podría considerarse un proceso psicopatológico de síndrome de Pigmalión), sin embargo esto no implica que haga de su vida un cuento de hadas, que viva "peterpanizado", o que asuma actitudes tan ingenuas como las que se pretenden aquí para Beatrix Potter.
La película se sustenta, de esta forma, sobre unos personajes absolutamente planos, totalmente arquetípicos e infantilmente idealizados, para no reflejar una profundidad psicológica que tan sólo podemos adivinar por sus vivencias.

En definitiva, no se ha sabido conjugar lo estético (la potencial belleza de la obra de una autora de coloristas fábulas para niños) con lo ético (un análisis coherente de la gris y opresiva realidad a la cual se enfrenta). En el contraste, tanto temático como formal, de estos dos aspectos era donde se encontraba el éxito de la historia que no se nos ha sabido contar.
pizzapasta
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