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Voto de Kasanovic:
7
Drama Massachusetts, años 80. Dicky Eklund (Christian Bale), un boxeador con talento pero conflictivo, intenta redimirse entrenando a su hermano menor. En sus buenos tiempos había sido el orgullo de su ciudad natal por haber tumbado una vez al campeón del mundo Sugar Ray Leonard; pero después vinieron los tiempos difíciles en los que se hundió en una peligrosa mezcla de drogas y delincuencia. Mientras tanto, su hermano Micky Ward (Mark ... [+]
29 de julio de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es ningún secreto que boxeo y cine se llevan muy bien. Quizá demasiado, ya que tras el éxito comercial de Rocky y el aplauso casi unánime de la crítica a Toro Salvaje, una multitud de películas sobre el deporte del cuadrilátero saltaron a la pantalla. Casi todas ellas estuvieron muy por debajo de lo esperado, en especial todas las secuelas de la obra de Stallone. Algunas sí dieron la talla, como Cinderella Man o El luchador, apostando más por penetrar en la vida del deportista, dejando de lado lo que sucede dentro del ring. Por eso, el proyecto de The Fighter no parecía convencer a nadie. ¿Otra película sobre el boxeo? ¿A cargo de un director con bajo caché? ¿Protagonizada por uno de los actores más vapuleados del panorama hollywoodiense?

Sin embargo, hay muchas cosas positivas en la obra de David O. Russell. En primer lugar, la actuación descomunal de Christian Bale. Como ya hiciera en El maquinista, Bale se tuvo que someter a una gran pérdida de peso para poder interpretar a un ex-boxeador adicto al crack como Dick Eklund, que en esta ocasión le valió su primer Oscar. No acaban aquí los méritos del galés, ya que mientras en la obra española ésta parecía ser su única baza de cara al premio, en el caso de The Fighter completa su esfuerzo con una grandísima caracterización de un personaje que, por otra parte, es cierto que daba mucho de sí. Todo lo contrario del de Micky Wald, interpretado por un Wahlberg que poco puede hacer para estirar el chicle. Posiblemente hubiera sido mejor escoger a otro actor como Matt Damon, pero aun así el resultado no sería muy diferente. La segunda unidad, encabezada por una impecable Melissa Leo (segundo y último Oscar para la película) y por la adorable Amy Adams, hacen más creíble toda la obra.

También hay aspectos más oscuros en The Fighter. El ritmo de la obra es demasiado irregular, consiguiendo por momentos desenganchar al espectador de la trama. Tampoco ésta destaca por su originalidad, ni conmueve al espectador tanto como en un principio parecía pretender. En una obra que se jacta de ser dramática, este aspecto es un serio revés. No ayuda tampoco el excesivo efectismo de Russell, salvo una agradable excepción: los combates están rodados con un mimo extraordinario, posiblemente sean los que mejor se han recreado en la historia del cine. Al fin y al cabo, estamos hablando de una película de boxeo que resuelve de manera notable su potencial mayor atractivo, por lo que, a pesar de sus taras, acaba siendo totalmente recomendable para los fans de este tipo de películas.
Kasanovic
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