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Togo Togo · Noplace
Voto de AGF:
6
Ciencia ficción. Aventuras Para ir a Tatooine y liberar a Han Solo, Luke Skywalker y la princesa Leia deben infiltrarse en la peligrosa guarida de Jabba the Hutt, el gángster más temido de la galaxia. Una vez reunidos, el equipo recluta a tribus de Ewoks para combatir a las fuerzas imperiales en los bosques de la luna de Endor. Mientras tanto, el Emperador y Darth Vader conspiran para atraer a Luke al lado oscuro, pero el joven está decidido a reavivar el ... [+]
26 de septiembre de 2010
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es de extrañar que todos aquellos que no tengan fresca la saga Star Wars o que no disfruten disfrazándose de Chewbbaca (lo he buscado y se escribe así, sí) o de clon, piensen que el final de esta historia intergaláctica se corresponde con el mitiquísimo momento de "yo soy tu padre". Y es que, de hallarse esa escena al final de la saga, su conclusión desmerecería menos que la que aparece en esta película, olvidada por no pocos.

Empieza con mucha chispa el asunto. A los pocos minutos podemos ver a unos bichos raros tocando un rock espacial que mola un huevo, y al numerito musical le sigue una larga escena de acción, o varias, según se mire (todas narran la misma escapada, eso sí) intensa donde las haya.

Luego, la película va tirando, sin tanto ritmo. Uno se conforma porque, joder, el último episodio de algo tan jodidamente grandioso como es a día de hoy, tiene que acabar con una traca de cócteles molotovs hechos a base de muchas explosiones, muertes, zumbidos de espadas láser e incluso sexo. Espectacularidad, vamos.

Sin embargo, la posibilidad de un gran final desaparece en cuanto los protagonistas ponen el pie sobre ese planeta cuyo nombre ignoro habitado por unos pequeños seres llamados ewoks, bajo cuya apariencia adorable se esconde su verdadero espíritu: el de jode clímax.

¿Por qué?

Pues porque mientras Luke se lía a espadazos con su padre y el Emperador anda cerca, los ewoks, que qué pena que no hagan volar su aborto de Pandora por los aires, se dedican a tratar de salvar su mundo. Y esta acción, pueril, que no viene a cuento, que nos importa una mierda, se intercala con el enfrentamiento final entre el bien y el mal, frikada absoluta más digna de ver que los enanitos peludos defendiendo lo que es suyo (tras cortar de cuajo el ritmo de la película, por cierto, con la típica escena de ritual tribal).

Así que acaba la batalla entre el Imperio y Luke, que se queda en escasa y carente de la fuerza necesaria, y es comprensible que la gente prefiera recordar lo de "yo soy tu padre".
AGF
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