Lo que comenta aquí mismo el compañero Normelvis Bates es cierto. Led Zeppelin es la polla, pero para deshacerse en halagos ya está él y a mí me toca decir otra cosa:

The Song Remains the Same no muestra, ni de lejos, lo que es el poderío en el escenario de este grupo. Creo que Normelvis también lo comenta, así que... no sé... tendré que añadir algo más.

Bien.

Pues no se si es porque Page, Bonham, Plant y Jones estaban más colocados que de costumbre durante las actuaciones rodadas, o si es que el equipo de sonido tenía alguna deficiencia, pero The Song Remains the Same, como muestra de directo de Led Zeppelin se queda un poco corto.

Como muestra de una grandeza y una potencia no registradas al cien por cien en este curioso documento, mejor es acudir a grabaciones como How The West Was Won, las sesiones de la BBC, e incluso el DVD recopilatorio de directos que trae Mothership, cuya versión de Whole Lotta Love final hace a uno... no sé. No sé que le hace a uno. Buscadlo en youtube.

También hay un pack con unas cinco horas de música en directo by los Zeppelin que mola.

Y para conciertazos, el del Royal Albert Hall (del cual sacan fragmentos casi todos los discos o deuvedés de la banda). Enorme.

Luego, a pesar de las carencias musicales, el documental/concierto este tiene la peculiaridad de contener pequeños videoclips, o lo que coño sean, cuanto menos interesantes. Algunos medio biográficos, otros más bien demostraciones de lo mucho que les gustaba a estos hombres flipar, ya fuese sonora o visualmente.

Eso sí, ninguno de los mentados videoclips es demasiado elocuente o revelador. Están ahí más bien por poner algo, no te van a contar nada, que para eso está la wikipedia.

Vamos, que antes de ver esto, sin menospreciarlo, es mejor ver otras cosas que no aparecen (al menos de momento) en Filmaffinity.

Y bueno, tampoco hay que olvidar lo que dijo John Paul Jones (algo parecido a lo que sigue): "Hasta cuando estábamos al cincuenta por ciento de nuestras posibilidades éramos los mejores". Era un poco flipadete el hombre (también podemos permitírselo porque es un musicazo como la copa de un pino y seguro que en los conciertos ninguna mujer gritaba por él), pero quizá no le faltase parte de razón.