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Voto de Víctor Manuel Mirete Ramallo:
6
Drama. Intriga. Thriller Acusado de haber matado a su hermano durante la adolescencia, Salvador (Ricardo Darín) vive aislado en las montañas en medio de la Patagonia. Tras varias décadas sin verse, su hermano Marcos (Leo Sbaraglia) y su mujer Laura (Laia Costa), llegan para convencerle de vender las tierras que comparten por herencia. El reencuentro, en medio de un paraje solitario e inaccesible, reaviva el duelo familiar dormido. (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo decir que de entrada no me llamó la atención ni el argumento, ni el tráiler. A las críticas tampoco les hice caso porque creo que todos los que hacemos críticas no tenemos ni pajolera idea y nos las damos de entendidos en la materia –no me lo tengáis en cuenta, tengo un mal día-. De modo que me decidí a verla porque los dos actores principales me encantan. Sobre todo Ricardo Darín (El otro es Leonardo Sbaraglia). Pero también porque cuando los argentinos se ponen a hacer películas con trasfondo, normalmente lo hacen bien y me suelo fiar de su cine profundo y negro.
En este caso, con Nieve negra, nos encontramos ante un drama familiar en modo thriller y construido en torno a una atmósfera de suspense muy cercana a lo Stephen King o Stanley Kubrick en algunos aspectos. Fría, sórdida, lúgubre, estremecedora e inquietante. En sí, la trama aparentemente sencilla camina entre lo adictivo y lo escaso. Digamos que todo sucede de forma muy vertiginosa porque la película no es excesivamente larga. La expectativa es alta en cuanto al desarrollo de los hechos y acompaña a seguir con inquietud el metraje. la sugerente ambientación (transcurre casi íntegramente en la Patagonia argentina) y la pulida interpretación actoral ayudan a digerir una trama que por momentos parece desencadenarse de una forma algo atropellada, con sucesos muy forzados, y otras veces carece de la tensión suficiente como para ser un potente thriller dramático. No obstante, se introducen de forma inteligente ciertos elementos en la trama y subtramas que generan cuerpo a la historia (en ese tema no voy a spoilear).
No es un guión con una densidad alta, con lo que se hace llevadero y cómodo. Recurre al uso del flashback, cosa que personalmente me agrada, siempre que se haga bien. En esta ocasión su utilización es correcta. Está bien hilado, sin abusar y dejando claro el pasado angustioso y turbio de los personajes, y el cual les lleva a la situación en la que se ven enfrentados. La muerte “accidental” de un hermano, un padre rígido y una herencia millonaria son las claves del conflicto que se plantea, con el que el director y guionista trata de mostrarnos sentimientos como el resentimiento, la culpa, el sufrimiento, la tragedia, la deshonra y el sacrificio.
Todo ello con unos personajes bien estructurados, sobrios, muy creíbles y nada estereotipados, aunque podamos encontrar referencias parecidas en cuanto a los roles que cumplen cada uno de ellos dentro de la historia. Me parece muy interesante la incursión del personaje principal femenino (Laia Costa), que sin tener un peso inicial específico va cobrando una notable importancia, dándole una mayor profundidad y consistencia a una historia que parecía decaer y que revive con un giro final un tanto inesperado. ¿Serías capaz de guardar un secreto?
Los argentinos saben mostrar la cara más costumbrista de una forma muy natural. Una especie de realismo literario llevado a la gran pantalla, y soportado por un cine clásico argentino sin excesivo alarde en el rodaje y sin un elevado presupuesto de producción, y que no por ello aparenta ser chapucero.
Víctor Manuel Mirete Ramallo
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