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Voto de Jack Carter:
22.072
Comedia. Drama
Nic (Annette Benning) y Jules (Julianne Moore) son una pareja de lesbianas que viven con sus dos hijos adolescentes: Joni (Mia Wasikowska) y Laser (Josh Hutcherson), ambos fruto de la inseminación artificial. Lo que obsesiona a los dos chicos es conocer a su padre biológico, un tal Paul (Mark Ruffalo), que donó su semen a una clínica cuando era joven. Recién cumplidos los 18 años, Joni se acoge al derecho de solicitar información sobre ... [+]
1 de marzo de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lesbian Power!!!!!
Eso es lo que parece gritar interiormente la doctora Annette Benning en “The Kids Are All Right”, a modo de autoafirmación, de principio a fin:
- ¿Que quieres tener hijos y criarlos junto a tu pareja homosexual? Mundo por montera y… Lesbian Power!
- ¿Que los hijos a los que has tenido gracias a la inseminación artificial quieren conocer a su padre biológico? Comprensión y… Lesbian Power!
- ¿Que resulta que -¡Oh, cielos!- el donante de semen es un tipo despreocupado y majete y los chavales quieren pasar más tiempo con él – a pesar de que, uyuyuy, temes que puedan ser abducidos por su loca vida de propietario heterosexual de algo tan poco serio como un restaurante ecológico-? Resignación y… Lesbian Power!
- ¿Que dicho tipejo desea contratar a tu pareja – a la que interiormente consideras una perroflautilla sin oficio ni beneficio, pero la mantienes porque está bastante tremenda- para arreglar su jardín? Quizá mi pareja me falle, pero lo que nunca me falla es el… Lesbian Power!
- ¿Que suceden eventos del todo inesperados, los cuales esta crítica omitirá para evitar spoilers, que ponen a la familia al borde del precipicio? Lesbian Power more than ever, ouh yeah, ¡¡¡claro que sí!!!
En fin, que calificar a esta película de convencional me parece lo más acertado, porque el punto de partida es lo único novedoso –y, en estos tiempos, no tanto-, pero después pasa casi inmediatamente a plasmar una serie de situaciones que vienen a minar el mensaje de normalidad con el que intuyo se pretendía impregnar al filme. Además, acaba en un final en el que se castiga con el ostracismo al personaje más equilibrado con el fin de salvaguardar a toda costa los valores de la familia, sean cuales sean los despropósitos que hayan cometido antes sus miembros.
Lo dicho: nada nuevo bajo el sol, aunque desde Sundance hasta los Oscar todo el mundo se haya rendido a su supuesta refulgencia personificada sobre todo en la figura de una Annette Benning que, aquí, incluso me parece en un nivel inferior a la siempre espléndida Julianne Moore.
Eso es lo que parece gritar interiormente la doctora Annette Benning en “The Kids Are All Right”, a modo de autoafirmación, de principio a fin:
- ¿Que quieres tener hijos y criarlos junto a tu pareja homosexual? Mundo por montera y… Lesbian Power!
- ¿Que los hijos a los que has tenido gracias a la inseminación artificial quieren conocer a su padre biológico? Comprensión y… Lesbian Power!
- ¿Que resulta que -¡Oh, cielos!- el donante de semen es un tipo despreocupado y majete y los chavales quieren pasar más tiempo con él – a pesar de que, uyuyuy, temes que puedan ser abducidos por su loca vida de propietario heterosexual de algo tan poco serio como un restaurante ecológico-? Resignación y… Lesbian Power!
- ¿Que dicho tipejo desea contratar a tu pareja – a la que interiormente consideras una perroflautilla sin oficio ni beneficio, pero la mantienes porque está bastante tremenda- para arreglar su jardín? Quizá mi pareja me falle, pero lo que nunca me falla es el… Lesbian Power!
- ¿Que suceden eventos del todo inesperados, los cuales esta crítica omitirá para evitar spoilers, que ponen a la familia al borde del precipicio? Lesbian Power more than ever, ouh yeah, ¡¡¡claro que sí!!!
En fin, que calificar a esta película de convencional me parece lo más acertado, porque el punto de partida es lo único novedoso –y, en estos tiempos, no tanto-, pero después pasa casi inmediatamente a plasmar una serie de situaciones que vienen a minar el mensaje de normalidad con el que intuyo se pretendía impregnar al filme. Además, acaba en un final en el que se castiga con el ostracismo al personaje más equilibrado con el fin de salvaguardar a toda costa los valores de la familia, sean cuales sean los despropósitos que hayan cometido antes sus miembros.
Lo dicho: nada nuevo bajo el sol, aunque desde Sundance hasta los Oscar todo el mundo se haya rendido a su supuesta refulgencia personificada sobre todo en la figura de una Annette Benning que, aquí, incluso me parece en un nivel inferior a la siempre espléndida Julianne Moore.
