No importa el guión, ni la interpretación de los personajes en esta película, aquí lo que prima son las escenas de acción a mansalva con carreras espectaculares, coches tuneados, mujeres de bandera, persecuciones, tiroteos y explosiones. Todo ello aderezado con mucha música reggaetón y el rugido de los motores de bólidos impresionantes. Aunque la originalidad brille por su ausencia, Vin Diesel y Paul Walker recuperan con creces la sensación de la primera entrega, porque la química y el carisma en esta cinta sólo aparecen cuando se juntan Paul Walker y Vin Diesel, Brian y Toretto respectivamente. Y poco más hay que añadir, ya que es cine de puro entretenimiento, palomitero a todas luces, en la que su trepidante acción no te da tiempo a pensar en la serie de fantasmadas que una tras otra estás viendo, en esos coches haciendo caballitos y demás locuras. Lo único que piensas es que la película mola. Un prueba palpable de ello, es que empiezas a verla y a pesar de que dura 107 minutos, en un pis-pas ha terminado. Si viste la primera entrega o te gusta el cine de acción no dudes en verla, pasarás un buen rato con ella.