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Voto de Atlanticguy:
8
Drama Fiona Maye (Emma Thompson) es una prestigiosa jueza del Tribunal Superior de Londres especializada en derechos familiares que atraviesa por una grave crisis matrimonial. Cuando llega a sus manos el caso de Adan (Fionn Whitehead), un adolescente con leucemia que se niega a hacerse una transfusión de sangre al ser Testigo de Jehová, Fiona descubrirá sentimientos ocultos que desconocía, y luchará para que Adan entre en razón y sobreviva. (FILMAFFINITY) [+]
26 de febrero de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine de Hollywood tradicionalmente se ha tenido un concepto artesanal del director; sería alguien que recibe un encargo de una productora y lo resuelve eficazmente, guiándose por el principio de que la mejor dirección es la que no se nota y que no es él (o ella) sino los actores quienes deben ser las estrellas de la película. En Europa, en cambio, la figura del artesano se ha visto muchas veces como algo despectivo y se rinde culto al autor que busca que su nombre figure en letras grandes en el cartel y que el público note desde el primer minuto su huella en el film.

Richard Eyre es un perfecto ejemplo de excelente artesano que cuenta además con gran experiencia teatral a sus espaldas; sus películas son diversas entre sí, no tienen tics que permitan identificar quien está detrás de la cámara, y cuidan especialmente al actor, permitiéndole brillar y llevar aparentemente el peso de la narración. Emma Thompson demuestra ser una soberbia actriz en El veredicto, al igual que Judy Dench y Cate Blanchett hacían lo propio en Diario de un escándalo, el que había sido el título más celebrado de Eyre hasta la fecha; en esta ocasión la historia es un retrato íntimo de un personaje protagonista absoluto en torno al cual gira la trama en su integridad. En manos de una intérprete menos contenida y al mismo tiempo menos expresiva el proyecto habría naufragado.Su trabajo debería haberse colado por derecho propio en los listados varios de premios y nominaciones que vemos al final del año.

No obstante, sin quitarle un ápice de mérito a Thompson, hay que tener en cuenta que su labor sobresale gracias a una puesta en escena y un trabajo con la cámara aparentemente discreto pero impecable y más complejo de lo que parece, rehuyendo el melodrama, la simpatía o antipatía hacia los diferentes personajes y cualquier exhibición dramática, y apostando en su lugar por la sutileza. La película utiliza el debate judicial en torno a determinados temas controvertidos para hablar de muchas otras cuestiones, como la frialdad inherente a la administración de justicia, la soledad dentro y fuera de la pareja, el clasismo en la sociedad británica o el coste personal y emocional que puede suponer ocupar un puesto de responsabilidad, sin olvidar el plus de presión añadido cuando es una mujer quien lo ejerce. Los planos de la juez casi siempre rodeada de hombres en su entorno laboral y social demuestran que tener perspectiva de género no depende del sexo de quien está detrás de la cámara y además puede hacerse muy bien sin necesidad de estridencias ni subrayados.

Conclusión
El triángulo de talentos que están detrás de El veredicto, uno de los títulos más notables de la temporada, se completa con el guionista, que no es otro que Ian McEwan, el autor de La ley del menor, la novela que ha inspirado el film. McEwan llevaba muchos años alejado del cine; curiosamente, su último trabajo como guionista lo había llevado a cabo en los 90 con El buen hijo, un thriller psicológico protagonizado por el último gran niño prodigio de Hollywood, Macaulay Culkin, por entonces una gran estrella. Este año sin embargo ha regresado haciendo doblete con el título que nos ocupa y con En la playa de Chesil, otra adaptación de una de sus novelas, estrenada el pasado verano.

https://cines.com/criticas/critica-de-el-veredicto-la-ley-del-menor-2018/
Atlanticguy
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