Al teniente Marion Cobretti de la policía de Los Angeles, le asignan las misiones más sucias y peligrosas, ya que está adscrito al departamento de “zombis”, el de mayor riesgo. Esta vez tiene que versales con una banda de psicópatas que asesinan por puro placer.
Stallone interpreta con su buen hacer habitual a “Cobra”, un policía chulesco, atrevido, que no le tiembla el pulso cuando debe apretar el gatillo y que no se saca los guantes negros ni para comer. La película es acojonante, una pura fantasmada donde los malos tienen una pinta de patibularios que dan miedo de solo verlos. Lógicamente el film tiene un guión tan flojo y demencial que sería imposible encontrar otro de peor.
Conclusión: Película alucinante y mala de solemnidad que no la recomiendo.