En definitva, otro ejercicio moralista yanqui con pretensónes de transgresión.
No quisiera repetir las críticas de poca-estrella ya escritas en este blog, así que voy a ser breve porque creo que lo que yo pienso ya lo han pensado otros antes que yo: ESTA CINTA ES PURO MORBO, bien montado, eso sí, y hecho por un director que, a juzgar por Pi, sí que merece la pena. Sin embargo, a mi modesto entender, creo que el hombre no se ha fumado un porro en su vida.
La pelicula mola hasta que los tres protas se convierten en yonquis. A partir de ahí, la cinta se jode. Mucha forma para un contenido ya archimanoseado, nunca mejor expuesto que en Transpotting, con un visionado desagradable (sobre todo por la parte de la orgía: ¿habías imaginado lo peor? Pues ahí lo tienes. Una fantasía erótica sado para molestar a la audiencia femenina, que tiene otro tipo de sueños), y una prolongación de la cinta interminable, por lo demás innecesaria. Otra: vete con cuidado al chutarte, no sea cosa que te amputen el brazo. Más trágico, imposible. Además, en los hospitales americanos primero vas en chirona, y luego te ve el médico, y cuando te cortan el brazo la sangre te salpica en la cara... ¡joderr!¡qué forma de cargarse algo que podría haber sido una buena películaaaaa!
Cuando quieres conmover al espectador a toda costa, hay un punto en que la angustia se convierte en mala hostia: si quieres que te pase, ved "Requiem por un sueño".
Las interpretaciones, magníficas. Burstyn está extraordinaria.