Si todo el mundo te dice que allí hay gato encerrado, pues te entra la curiosidad y abres la caja, igual es la del tesoro o la de pandora, pero si estás en una película de terror y aparece Christopher Lee está claro, que vas a caer con dos agujeros en el cuello, has abierto la peor caja de todas, la de tu tumbo.

Con un desarrollo forzado, y con situaciones más allá de la lógica, al final el grupo de viajeros acaba encontrando un negro camino, y aunque su evolución también sigue siendo forzado, la lucha es intensa, o más bien pírrica desde el ángulo del espectador, para la explosión final, forzada una vez más, y con agujeros en un cubito de hielo.

Música característica de estos films, genial. Escenarios de cartón sobrios, nada reprochable excepto que pierde en realismo. Actuaciones acorde a las exigencia del guion, el malo es malvado y feo, y los buenos son guapos y tontos, aunque siempre habrá algún valiente con suerte. Todo muy típico, una secuela representativa que no decepciona ya que es lo que uno va buscando, un 4 sobre 10 por ser tan típico.