Haz click aquí para copiar la URL
España España · El árbol de la ciencia, calle Pío Baroja
Voto de Lulita:
10
Documental Los Reyes es el skatepark más antiguo de Santiago de Chile. Pero los verdaderos reyes de esta historia son Fútbol y Chola, dos perros que han convertido en su hogar este espacio abierto lleno de patinetas y adolescentes rebeldes. A la enérgica Chola le apasiona jugar con pelotas que encuentra por ahí. Las coloca en el borde de las piscinas en las que los skaters hacen sus trucos y las atrapa justo antes de que caigan. Fútbol, el perro ... [+]
28 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No había llorado tantísimo con un filme en mucho tiempo como con "Los Reyes".

En principio querían grabar a los skaters del parque Los Reyes, el parque más antiguo de la ciudad de Santiago de Chile, para hacer un retrato de sus vidas y tal. Pero les parecía aburrido centrarse tanto en el humano -además de que a los skaters les incomodaba un poco que les grabaran tan a la cara-, lo consideraban demasiado antropocentrista, así que cuando, de repente, conocieron a los perros que rondaban el parque, pensaron que podían ser un gran vehículo para mostrar el día a día en el parque al que iban los skaters.

Y así fue: aunque los perros son los absolutos protagonistas, entre escena y escena podemos escuchar conversaciones veladas entre skaters -ya relajados y acostumbrados a esos camarógrafos obsesionados con los perros- hablando sobre sus problemas personales, reflejando lo que el documental en principio pretendía: la pobreza y falta de oportunidades de cierta clase social en Chile.

Y lo mejor de todo es que, al ser un par de perros los que nos introducen en el filme, esa realidad llega a ser accesible a un público mucho mayor, ya que ¿a quién no le gusta ver a un perro hacer el tonto? Y si son dos, mejor. Y si resultan ser callejeros -en España es muy difícil ver perros callejeros-, el interés es todavía mayor. Y si encima los camarógrafos se toman la molestia de hacer zooms detallistas a sus orejas, sus morros, sus patitas, etc... es que el deleite es todavía mayor. Nos encanta ver lo peluditos y bonitos que son los perritos (y los gatitos, claro, pero eso ya para otra película).

Fútbol y Chola son tan auténticos -qué otra cabe, si no- que es irremediable que te lleguen al corazón. Madre mía, qué escenas se nos plantan delante. Fútbol, el abuelete, se cansa de estar al sol y se va a la sombra. Chola, su niña adoptiva, alocada y traviesa, se percata de ello, se levanta también y le sigue para tumbarse de nuevo a su lado. Fidelidad en el estado más puro.

Uno podría pensar que, si sigue a un animal, el que sea, se aburrirá mucho, igual que si viese un documental de la 2. Nacer, crecer, comer, aparearse, morir. Pero nada más lejos de la realidad. El animal vive la vida a tope. Tiene su propio universo, su macro y microcosmos particular. Fútbol tenía las piedras y a Chola. Chola tenía las pelotas y a los caballos, mulos y bicicletas. Ambos tenían los rayos del sol y las moscas a las que espantar. Pero, sobre todo, se tenían el uno al otro. Y eso les bastaba para ser felices.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lulita
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow