Ryan Gosling siempre me ha parecido un pedazo de actorazo. Si sale en alguna película, es garantía de que va a merecer la pena visionarla. No obstante, hasta "The United States of Leland", no había visto ninguna de él que, para mí, fuese verdaderamente única, diferente, transgresora. Y mira que el recurso de matar a un niño con retraso mental parecía de lo más sensacionalista y burdo, propio de guionistas con pocas ideas e inventiva.

Por cierto... Siendo fan de "We need to talk about Kevin", no he podido evitar compararla con ésta. En ambas, se intenta descubrir el porqué del suceso, y se hace un seguimiento de las vidas y peripecias de los adolescentes protagonistas, antes y después del crimen. Creo muy interesante ver ambas películas e intentar sacar conclusiones, reflexionar.

Ahora sí, me pongo con la película:

La historia del profesor de Leland con su esposa, Miranda, me ha parecido que sobraba bastante. Pero no la critico, porque igual en un futuro, en un revisionado de la película, le descubro algún matiz interesante que se me habrá pasado desapercibido ahora mismo. Es lo que tiene el estar cambiando continuamente con el tiempo.

Lo que sí me ha parecido muy interesante ha sido la historia con Ryan, el muchacho autista. Fue arriesgado y diferente apostar por un enfoque sincero y realista. Poca gente está dispuesta a admitir que hay gente que sufre por no poder realizarse como individuos hechos y derechos. Prefiere taparse los ojos con una venda negra, y limitarse a la compasión pura y dura. O, sencillamente, al olvido. Sin embargo, Leland es muy sensible a la tristeza que del mundo emana. Demasiado.

Da igual que Leland sea consciente de que ha hecho daño, e incluso lo lamente. Da igual, porque su forma de ser es tal, que lo volvería a hacer mil y una veces más. Por eso la mayor parte del tiempo trata de evadirse, de disociar mente y cuerpo. Porque si no lo hiciera, haría todavía más daño. Lamentablemente, disociar no es la respuesta... ya que el cuerpo no puede vivir sin la mente, y de ahí salen los actos compulsivos, inconscientes.

Es duro ser Leland. Casi tanto, o más, que ser Ryan.