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Voto de Miguel Mingorance 1138:
4
4,1
43
Drama
Fran y Emma son dos adolescentes que no han ido hoy al instituto. En su lugar juegan a adivinar películas mediante mímica, pero Emma no parece conocer el título al que se refiere Fran. Y es que Fran se está inventando su propia película, titulada "Yo quiero hacer el amor contigo". (FILMAFFINITY)
14 de enero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi este cortometraje del fallecido Roberto Pérez Toledo (1978 - 2022) en mi adolescencia, y me pareció magnífico.
Visto ahora, creo que el cortometraje tiene una buena intención, pero el mensaje que ofrece no queda bien planteado.
El mensaje viene a decirnos que hemos de usar el sentido común, especialmente cuando somos adolescentes y estamos conociendo nuestra sexualidad, pues las emociones aún son inestables, pero mucho más intensas.
Tenemos una pareja de adolescentes; Fran y Emma, que están viviendo el que seguramente sea su primer encuentro sexual. En el caso de Emma está claro que lo es, por como habla y por las dudas que tiene.
Con Fran no lo tengo tan controlado, lo que sí tengo claro es que a este muchacho lo pondrían a caer de la burra en Twitter a día de hoy, porque es un manipulador de manual; Emma le dice varias veces que no se encuentra preparada y él insiste con el "¡Que sí, que te va a gustar!"
Es cierto que si ambos están solos en casa de Fran, no han ido precisamente a jugar al parchís o a analizar el fenómeno social que supusieron las películas de Godzilla para Japón en los años 50.
No, Emma y Fran quedaron para tener sexo, el problema es que él ni siquiera cede cuando Emma le ofrece una solución intermedia.
Afortunadamente, mi generación ya estuvo un poco más preparada para su primer encuentro, y confío en que las siguientes lo estén también.
No puedo hablar por mí, porque cuando en 2005 se estrenó este cortometraje, yo tenía 11 años y mi única preocupación era ser de los primeros en ver "La Venganza de los Sith" en el cine.
Está claro que por aquel entonces no pensaba no en sexo, ni en preservativos, ni en la primera vez...
Visto ahora, creo que el cortometraje tiene una buena intención, pero el mensaje que ofrece no queda bien planteado.
El mensaje viene a decirnos que hemos de usar el sentido común, especialmente cuando somos adolescentes y estamos conociendo nuestra sexualidad, pues las emociones aún son inestables, pero mucho más intensas.
Tenemos una pareja de adolescentes; Fran y Emma, que están viviendo el que seguramente sea su primer encuentro sexual. En el caso de Emma está claro que lo es, por como habla y por las dudas que tiene.
Con Fran no lo tengo tan controlado, lo que sí tengo claro es que a este muchacho lo pondrían a caer de la burra en Twitter a día de hoy, porque es un manipulador de manual; Emma le dice varias veces que no se encuentra preparada y él insiste con el "¡Que sí, que te va a gustar!"
Es cierto que si ambos están solos en casa de Fran, no han ido precisamente a jugar al parchís o a analizar el fenómeno social que supusieron las películas de Godzilla para Japón en los años 50.
No, Emma y Fran quedaron para tener sexo, el problema es que él ni siquiera cede cuando Emma le ofrece una solución intermedia.
Afortunadamente, mi generación ya estuvo un poco más preparada para su primer encuentro, y confío en que las siguientes lo estén también.
No puedo hablar por mí, porque cuando en 2005 se estrenó este cortometraje, yo tenía 11 años y mi única preocupación era ser de los primeros en ver "La Venganza de los Sith" en el cine.
Está claro que por aquel entonces no pensaba no en sexo, ni en preservativos, ni en la primera vez...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Vamos a ver; Emma le dice que no se siente preparada, Fran insiste y ella le dice que sí, pero con preservativo.
¡Y no se le ocurre otra cosa al tonto de Fran que empezar a gastar todos los condoncillos que tenían!, que si chicle por allí, que si gorro de pitufo por allá, y sobre todo globos, muchos GLOBOS.
Ésto me lo creería si estuviésemos hablando de gente de más de 30 años, pero con un adolescente imberbe que debe estar más salido que el pico de una plancha y que debe tener una erección considerable en ese momento, no me trago que tenga ganas de ponerse a inflar todos los preservativos justo antes de iniciar el coito.
Te compro que los chicos somos más descuidados, probablemente porque no somos nosotros los que nos vamos a quedar embarazados, pero aún siendo más descuidados, tampoco nos gusta exponernos a lo tonto a contraer cualquier posible enfermedad ETS.
Pero igual soy yo, que fui adolescente entre finales de los 2000 y principios de los 2010, puede ser que los jóvenes de 2005 tuvieran todavía menos información que nosotros.
¡Y no se le ocurre otra cosa al tonto de Fran que empezar a gastar todos los condoncillos que tenían!, que si chicle por allí, que si gorro de pitufo por allá, y sobre todo globos, muchos GLOBOS.
Ésto me lo creería si estuviésemos hablando de gente de más de 30 años, pero con un adolescente imberbe que debe estar más salido que el pico de una plancha y que debe tener una erección considerable en ese momento, no me trago que tenga ganas de ponerse a inflar todos los preservativos justo antes de iniciar el coito.
Te compro que los chicos somos más descuidados, probablemente porque no somos nosotros los que nos vamos a quedar embarazados, pero aún siendo más descuidados, tampoco nos gusta exponernos a lo tonto a contraer cualquier posible enfermedad ETS.
Pero igual soy yo, que fui adolescente entre finales de los 2000 y principios de los 2010, puede ser que los jóvenes de 2005 tuvieran todavía menos información que nosotros.