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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
3
Ciencia ficción. Terror. Intriga. Thriller En una remota zona de la Antártida, un descubrimiento de gran relevancia científica se convierte en un problema de supervivencia. La paleontóloga Kate Lloyd (Mary Elizabeth Winstead) llega a esa inhóspita región para colaborar con un equipo científico noruego que ha encontrado una nave extraterrestre enterrada en el hielo, en cuyo interior hay un ser alienígena congelado pero cuyas células están vivas... Precuela de "La Cosa", película ... [+]
24 de agosto de 2012
11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deleznable peliculilla de tres al cuarto que sólo sirve para reivindicar el impecable trabajo ochentero de John Carpenter. Seré breve, tú y yo tenemos mejores cosas que hacer:

-Guión torpe y estereotipado hasta la nausea, incapaz de transmitir ni por un instante algo de la tensión, intriga o angustia del original. La trama carece de la más mínima sutileza o elegancia y falla en todo aquello donde Carpenter triunfa: ni terror, ni horror, ni paranoia, ni pollas en vinagre. Del ritmo narrativo, ni hablamos: si la película original tenía uno de los mejores inicios de la historia del cine, esta nos regala uno de los más topes y forzados. Y lo peor es que, justamente, eso sólo es el principio (del despropósito).

-Personajes “made in Hollywood”, metidos con calzador, más planos que el encefalograma de Cristiano Ronaldo y cuyo destino nos la trae floja. Me refiero, muy especialmente, a la tal Winstead, una Nancy Superstar (en efecto, la chica es mona) que sólo tiene dos matices al actuar: con falda y con pantalones; pase lo que pase, se limita a abrir los ojos como platos. Para más inri, su inclusión, argumentalmente absurda, no tiene más sentido que meter al inevitable héroe yanqui de la historia (por supuesto, por aquello de ser políticamente correcto y, de paso, copiar un “poquico” a Alien, toca mujer), imprescindible para que nos saque las castañas del fuego al resto de torpes criaturas humanas que pululamos por aquí fuera. Por lo visto, en Noruega no hay paleontólogos o expertos en anatomía comparada. Ya se sabe: esos primitivos europeos…

-Bochornosos efectos digitales sin un ápice de verosimilitud y dignos de los más olvidables juegos de la “Game Boy”; que cantan que riase usted de la Caballé. Sí, amigos: otra ración más de deprimente basura digitalizada. ¿Dónde está la escalofriante fisicidad del original? Aviso: cualquier intento de comparación de la risible mierda hecha aquí con los soberbios efectos artesanales del original (que todavía revuelven las tripas y te obligan a desviar la mirada) derivará en violencia y amenazas de muerte por mi parte. A mí, que me den stop-motion y animatronic y que se metan los efectos digitales por el cu...

-Final absurdo, incoherente, hilarante y casposo; pura Serie B (pero sin la clase del original): lo que se dice un insulto a la inteligencia. Ahí tenemos a nuestra prota, entrando y saliendo de una nave intergaláctica apunto de despegar como Pedro por su casa. Por cierto: ¿si funciona, para qué coño salió el alien de la nave? En fin. Dejémoslo. Para colmo, y nuevamente con fórceps, el responsable de este despropósito introduce una lamentable coda que pretende servir de enlace entre esta precuela y la de Carpenter. ¿El resultado? La carcajada.

A rescatar, únicamente, la escena del cuarto de baño. Y dura tres minutos.
Jinete nocturno
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