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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
8
Terror. Intriga Un compositor inglés (Hemmings) presencia en Roma el brutal asesinato de una médium, e inmediatamente trata de localizar al sádico asesino. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2010
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí la cuestión: ¿el Giallo es obra de Argento o lo es Argento del Giallo? ¿Fue él quien le dio su forma canónica, impregnándolo con sus obsesiones y sus fetiches, o fue el género y sus clichés los que terminaron por devorar a Argento?
¿Qué fue primero, la gallina o el huevo?

Seguramente, ambas cosas son ciertas: Argento creo el Giallo (aparte queda el maestro Bava) y éste terminó por tragárselo convirtiéndole en la caricatura de sí mismo que ahora, en el mejor de los casos, se nos muestra. Al fin y al cabo, ambos son inseparables: ¿alguien pude citar una película Giallo mínimamente digna que no sea obra suya? … ¿Y alguna película decente de Argento que no sea, aunque trate de disimularlo bajo pretextos supuestamente sobrenaturales, un Giallo?

Argento, desde luego, le dio todo aquello (bueno y malo) que lo define: guiones improvisados que desembocan en tramas enrevesadas hasta el absurdo, psicokillers de infancia inexorablemente traumática que desconocen las armas de fuego, repentinos y desvergonzados quiebros en el guión destinados a desconcertar al espectador lo suficiente como para que no pueda asimilar lo mucho que se le está tomando el pelo, finales absurdos y surrealistas dotados de su inevitable moraleja psicoanalítica … Sí. Y también un eficacísimo uso de la escena, una utilización astuta de los recursos narrativos que te deja pegado al asiento, unos deslumbrantes planos subjetivos que te meten en la incómoda piel del asesino, una fotografía cuidada y colmada de color que roza lo pictórico… Y, sobre todo, unos asesinatos barrocos y preciositas que siguen al pie de la letra los principios que De Quincey dejase en “El asesinato como arte”; que a pesar de su crueldad y violencia (o precisamente por ello) no puedes dejar de mirar.

En definitiva, Argento es el Giallo.

Y el Giallo es Profondo Rosso: una película falsaria e inverosímil, tramposa hasta decir basta; que juega de principio a fin con las cartas marcadas y que no se molesta ni tan siquiera disimularlo. Una película superficial y episódica que salta de escena en escena como una opereta bufa, sin resultar jamás convincente. Estereotipada y, hasta cierto punto, previsible.

Sí, todo eso es cierto.

Pero también es un espectáculo visual fascinante, totalmente impagable; un autentico tiovivo de sensaciones que gracias a una monumental puesta en escena, a algunos hallazgos visuales y narrativos descomunales , a la magia de la estupenda música de Goblin y a su maravillosa fotografía (por supuesto, colmada de rojo) te “camela “ de principio a fin, llevándote al huerto y haciendo contigo lo que quiere. Una película que quizás no consiga engañarte, pero que consigue que te importe un pimiento estar siendo engañado.

Junto con la Inolvidable Suspiria (su siguiente película) y la infravalorada Phenomena lo mejor de Argento con diferencia. Imprescindible.
Se echa de menos a aquel Argento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinete nocturno
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