Por fin una película sobre el primer viaje a la luna. ¿Cómo ha tardado tanto en llegar? Una historia más peliculera y emocionante no puede haber.
Antes de verla, tenía miedo de que fuera una película al estilo "Apolo XIII", demasiado americana, demasiado comercial y prefabricada. Y para nada.
Las decisiones del director me satisfacen completamente. Es evidente que quiere ponernos en la piel de Armstrong, que veamos lo que el vio. Y es un acierto absoluto. Es tan real la percepción de lo sucedido que te sientes como si estuvieras allí. Muchos se sentirán aburridos al verla, en busca de una gran superproducción con planos imposibles y ritmo frenético, pero esto no es Transformers, oiga. Esto es un viaje a la luna realista. Verás la luna desde un ventanuco, el paso del calor infernal al frío extremo a través de unas gotas de condensación. Es sutil, sobria y sencilla. Real.
El momento en el que se abre la escotilla y aparece la luna es inmejorable. Entra el silencio en el cine. Un silencio como hacía años no se veía en una sala. La pisada. El momento que todos esperábamos. Perfecto. Como si fueses tú mismo el que pisa la luna. Los momentos en la luna, maravillosos. Tan breves como debieron vivirlo ellos.
Y la película tiene por fin una estructura in crescendo donde los mejor se reserva para el final y donde el final es un verdadero final, y no esos finales eternos que no parecen terminar. ¿Por qué en el cine actual no saben terminar las películas?
Ryan Gosling es un gran actor y de nuevo lo demuestra.
Se agradece que no se detengan en americanadas ( ni siquiera vemos cuando clavan la bandera). No queremos un panfleto. Nos interesa la luna y el hombre y eso nos da el director.
Al fin tenemos la película sobre el primer hombre que llegó a la luna.