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Voto de Kyrios:
7
Thriller. Intriga. Comedia En París, en el barrio de Montmartre, actúa un misterioso asesino que tiene el cinismo de dejar una tarjeta de visita sobre sus víctimas. En un mes ha asesinado ya a cuatro personas. (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
H.G Clouzot realizó en plena segunda guerra mundial la película, El asesino vive en el 21, una obra que nos habla sobre la investigación de un asesino en serie, pero de manera muy ligera y permitiendo a la comedia hacer muchos actos de aparición. En esta caso adaptó la novela de Stanislas-André Steeman, con quien además trabajó para la realización del guión. El asesino vive en el 21 se trata además de la primera película de Clouzot, que debuto así en el cine.

Ya el inicio demuestra que no estamos ante un Noir típico, sino que la obra demuestra una singularidad potente. Un afortunado borrachín es el ganador de la lotería y cierra todos los bares bebiendo hasta más no poder. Una mujer se entera de su fortuna y trata de acercarse a él. Sin duda un gesto de picaresca más que sutil. Pero además Clouzot nos deleita con un interesante movimiento de cámara, en la que persigue al borracho por las calles de París, con un efectivo plano subjetivo del asesino (plano que se repetirá en más ocasiones) en el que nos muestra el asesinato. Clouzot no sólo utiliza esta técnica por gusto sino también por necesidad, y es que la identidad del asesino es uno de los ejes de la película y es lo que llevará a nuestro protagonista a investigar a una serie de sospechosos.


Porque la película sigue adaptando el tono de bufa y nuestro personaje principal, que está rodeado de un aura que recuerda bastante al personaje creado por Arthur Conan Doyle, el investigador Sherlock Holmes (de hecho físicamente Pierre Fresnay se parece bastante a Basil Rathbone, el actor que se hizo famoso por interpretar al investigador en decenas de películas) se meterá de lleno en una residencia donde cree que el asesino está entre ellos. De hecho este momento en que el investigador se mete de lleno en la pensión donde habita el criminal, puede recordar perfectamente a una de las más célebres novelas de Agatha Christie, “Los diez Negritos”.

Para un contrapunto aún más cómico, el director nos ofrece al personaje interpretado por Suzy Delair, que pese al histrionismo inicial de sus acciones, acaba demostrando ser una pieza interesante en la balanza, proporcionando unos momentos bastante apañados con su personalidad tan contrapuesta a la figura principal y con la que comparte además una relación amorosa.

Clouzot se sirve de la pensión donde nuestro personaje investiga al probable asesino para hacer desfilar una auténtica galería de personajes, a cada cual más freak que el anterior. Sin duda el sarcasmo de la película se fundamenta en todos ellos y en cada una de sus acciones, porque Clouzot desmitifica el género para hacer una película que resulta más bien poco seria. Además el humor que destila la pantalla es bastante singular, sólo hace falta recordar las escenas con el pájaro o la manera en cómo se libran siempre los asesinos de las acusaciones de culpabilidad para más Inri.

Pero además la película tiene algún que otro detalle bastante interesante, como un planteamiento metacinematográfico que se plantea en la propia película, cuando una de las señoras que habita en la pensión habla en voz alta diciendo que va a escribir una novela que tratará precisamente de un asesino que vive entre ellos, y que cometerá un asesinato esa misma noche (hecho, que evidentemente ocurre, para gloria de la comedia).

Clouzot demuestra además unas habilidades bastante interesantes en la película, pese a tratarse de su debut. Aparte de los primeros planos subjetivos del asesino, también utiliza otros recursos interesantes, como unos planos encadenados en los que en treinta segundos es capaz de despacharse sobre la incompetencia de la policía. Dos personajes están situados en la escena y el de la izquierda, sentado uno en una silla y de mayor rango, ordena de manera enfurecida al otro que encuentre inmediatamente al asesino, el personaje de la derecha marcha por la puerta y Clouzot muestra la misma escena pero con roles intercambiados, un nuevo personaje aparece en la derecha, mientras que el hombre que se había marchado en la primera secuencia fílmica es ahora el hombre de mayor rango.

También la cámara es capaz de mostrarse inteligente, y cuando el personaje principal se adentra en la pensión para investigar al asesino, el director nos deleita con unos interesantes primeros planos de las manos del comisario, que se mueven y estiran el sombrero, en que observamos el nerviosismo del policía que no puede expresar nada con su cara porque está infiltrado en la pensión como un hombre religioso.

http://neokunst.wordpress.com/2013/07/04/ciclo-h-g-clouzot-el-asesino-vive-en-el-21/
Kyrios
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