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Voto de Kyrios:
7
Bélico. Drama En los últimos momentos de la II Guerra Mundial, en plena caída del III Reich, Willi Herold, un soldado desertor de 19 años, andrajoso y hambriento, encuentra un uniforme de un capitán nazi. Haciéndose pasar por un oficial, Herold comenzará a transformarse usando la autoridad que le proporciona su nueva identidad, revelando la monstruosa esencia de aquellos de los que trata de escapar. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producción atípica en todos los sentidos, la sorprendente El Capitán (2017) se trata de una interesante producción alemana que recientemente se ha estrenado en Amazon Prime. La película, ambientada en los estertores de la Segunda Guerra Mundial en Alemania, no es la típica producción bélica, sino que nos encontramos más ante una obra que analiza los motivos por los que los nazis llegaron a cometer las brutalidades que cometieron.

La película se ambienta dos semanas antes de la finalización del conflicto. En aquellos momentos, todo el mundo sabía que la Guerra estaba absolutamente perdida para el bando nazi, incluidos los altos mandos del NSDAP. Ese clima de desesperación y apocalipsis se puede ver desde la secuencia inicial, una especie de parodia a una secuencia muy parecida que tiene lugar en la película soviética La balada del soldado (1959), donde también veíamos una escena de huida con una música que no pegaba demasiado. El mensaje que nos quiere ofrecer el director en la película es el mismo, crear confusión en el espectador, mostrar una realidad absurda que poco tiene que ver con el heroísmo al que se asocia la guerra en el resto de filmes bélicos. El tono apocalíptico también se nota en la fotografía, que apuesta por el blanco y negro. Un blanco y negro que va totalmente acorde con el caos y el mundo sin esperanza que presenta la película. 

En la maravillosa película de F.W Murnau, El último (1924), el mítico director alemán ya ponía de relieve algo que en unos años sería en Alemania una realidad: El culto hacía el uniforme. En dicha película, nuestro protagonista era un portero de un prestigioso hotel, que mantenía su uniforme de trabajo como un distintivo precioso y que al ser despedido seguía manteniendo y llevando en una falsa esperanza de mantener ese status social adquirido. En el Capitán, el director Robert Schwentke retoma estas mismas obsesiones, que fueron una constante en la Alemania Nazi. Nuestro protagonista, cual superhéroe trastocado de comic, sufre una conversión repentina, pasando de ser un soldado renegado a un oficial de alto mando solo colocándose un vestido de oficial nazi que encuentra en el campo. 

Es obvio que esa conversión, tan repentina, que lleva a nuestro protagonista a asesinar gente que podrían haber cometido los mismos delitos que él (huir del campo de batalla), forma parte del ideario nazi, de la tan cacareada estética que persiguieron siempre los jerarcas de la pesadilla nacionalsocialista. Las órdenes no se razonan, se cumplen porque quien lleva los galones es quien manda. 

No sabemos mucho del pasado de nuestro protagonista, pero no hay nada que nos haga pensar que era un psicópata antes de encontrar el vestido. ¿Por qué se comporta como un asesino al vestirse como oficial? La respuesta es que Schwentke nos quiere mostrar como cualquiera de nosotros puede convertirse en un nazi. Puede que sea por simplemente cumplir las órdenes (Usted Ordena y yo obedezco, como reza uno de los diálogos de la película), como hacen muchos de los soldados que siguen a nuestro protagonista, o puede que sea por instinto de supervivencia, como nuestro propio protagonista, que ve en la farsa una manera de sobrevivir. En cualquier caso, la advertencia del mal está presente en la película. El Capitán es una de aquellas películas de la Segunda Guerra Mundial que nos avisa de que los errores del pasado pueden volver a repetirse, porque lo que convierte a nuestro protagonista en un ser despiadado lo lleva en su esencia humana.

Sin recurrir al gore o a la violencia explícita (apenas hay sangre en la pantalla y si hay como es esa sangre seca en los rostros de los personajes apenas tiene importancia por el blanco y negro, que la difumina hacía lo abstracto), la película tiene realmente momentos que son duros. De las películas bélicas de lo que llevábamos de siglo, personalmente diría que El Capitán tiene algunas de las secuencias más terribles que pueden resumir el horror de la Guerra. Una tan sencilla como es el fusilamiento en el campo de concentración, aparece en la película retratada como una auténtica pesadilla. Muchos de los recursos que emplea la película hacen que la obra juegue entre el límite de la fantasía y el de la realidad, algo que es en realidad la esencia de la Guerra en todo su esplendor. Una locura aparentemente irrealizable que, sin embargo, es real. Porque nos guste o no, la película no muestra nada que no pudiera tener lugar en aquellos momentos. 

Conclusión

El Capitán es una película de visionado obligatoria. Uno de los análisis más certeros que se han hecho en los últimos años sobre el proceso de automatización que llevó a millones de personas en Alemania en convertirse en salvajes.

Crítica escrita para Cinemagavia.es
Kyrios
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