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Voto de Kyrios:
6
Drama Khaled y Said son dos jóvenes palestinos, amigos desde la infancia, a los que reclutan para llevar a cabo un atentado suicida en Tel Aviv. Después de una última noche con sus respectivas familias, de las que no les está permitido despedirse, parten hacia la frontera con explosivos pegados al cuerpo. Sin embargo, nada sale como estaba previsto y una serie de contratiempos les obliga a separarse. Entonces tendrán que replantearse su vida ... [+]
6 de marzo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquiera de nosotros habrá visto en cualquier telenoticias (una mala manera para informarse acerca del oriente próximo) el típico video del alucinado suicida realizando el discurso a favor de Alá, antes de realizar una matanza. En Paradise Now, una película dirigida por Hany Abu-Assad, un director de origen palestino, el film se recrea casi como un documental del día previo antes de que un suicida aleatorio (en nuestro caso, dos) cometa un atentado. En la película también nos encontramos con la realización de este vídeo por parte de un grupo terrorista, que pretende atentar contra la frontera de Israel. Dicha secuencia es muy significativa porque además de resultar una escena paradigmática que define la esencia de la película, también nos revela, aunque de manera soterrada y sin alardes, las intenciones del director.

La cámara se va acercando lentamente a uno de estos suicidas, interpretado por Ali Suliman. En un primer momento, este personaje no tiene ningún miedo a morir, sino todo lo contrario, se encuentra satisfecho con la idea de dar su vida para que la ocupación Israelí este cada vez menos próxima. Por consecuencia, realiza un emotivo discurso, donde las menciones tópicas a Alá y a la etnia invasora forman parte reiterada de este. La cámara esta ya realizando un primer plano cuando Ali Suliman hace mención a su familia y el tono se vuelve mucho más comprometedor. Pero entonces, cuando parece que la balanza del director se ha decantado, se nos revela un toque de humor que solivianta la escena. La cámara no ha grabado nada por culpa del inútil del que la aguantaba, que no ha sido capaz de darle al botón.

Evidentemente las concesiones cómicas en la película son mucho menos evidentes en el resto del metraje. En realidad Paradise Now funciona mucho mejor cuando realiza una disección psicológica de ciertos personajes que cuando se adentra en los terrenos del thriller. Quizá esta ambigüedad indecisa es la que condena un poco a la película. Porque el director no renuncia nunca al suspense, y el proceso mental por el que pasan nuestros personajes queda bastante inconcluso. El que finalmente nuestro personaje principal sea el que decida emprender la acción suicida no queda nunca bastante claro y el giro de guión es innecesario (pues en un primer momento es el que más miedo tiene a la muerte). Pese a que el final es formalmente brillante (observamos a nuestro protagonista, que ya ha conseguido por fin encontrar un objetivo, un autobús lleno de militares, entonces la cámara se acerca poco a poco a los ojos de nuestro personaje, ojos que resultan totalmente reveladores, el sonido ambiental va disminuyendo poco a poco y finalmente nos encontramos con el final, un fundido a blanco demoledor), no llegamos a comprender nunca porque comete, el personaje que interpreta Kais Nashef, el atentado.

Y es que la película funciona mejor cuando se acerca al tono documental. Paradise Now es una película arriesgada, que no tiene miedos en atizar a todos los estratos de la sociedad. Por ejemplo: Lubna Azabal interpreta el papel de Suha, una mujer palestina que se ha criado en el occidente (¿Una personificación del propio director Hany Abu-Assad, quizás?) y que vuelve a su territorio natal. Inmediatamente se da cuenta de que el mundo al que pertenece ya no es el que le vio nacer. Su mentalidad está influida por el modo de vida europeo, y ya no encuentra su sitio. Critica abiertamente (aunque sepa que como mujer en un mundo hostil su voz deba quedar diluidla ante una sociedad totalmente patriarcal) los atentados suicidas, a sabiendas de que son totalmente inútiles. Y aunque puede parecernos que este personaje es el favorito y que es el que más razón tiene del trío protagonista, el director se encarga de demostrar, en la secuencia en la que se sube en el coche con Said (Kais Nashif) que no deja de ser un personaje que no tiene ningún contacto con la realidad, y que hablando en términos vulgares, no deja de ser una niña de papá que tiene la vida solucionada, y que si volvió a Palestina fue por propio gusto y no por necesidad. Hablando de manera más clara, en el barrio que ella vive no hay ni bombas ni conflicto, como hace en recordarle Said.

Kais Nashif interpreta el personaje principal, que está marcado por la muerte de su padre, asesinado por los propios palestinos por ser un colaborador de los israelitas. Este trauma configura la mentalidad de nuestro personaje, que trata de limpiar la honra de su familia entregándose él mismo a la muerte. Ali Suliman encarna el amigo inseparable de Nashif que se dará cuenta de que a lo mejor los atentados no son la solución ideal para acabar con el conflicto, pero sobre todo el temor a la muerte, que le hará cambiar totalmente de opinión.

Paradise Now es una película necesaria y comprometida. La posición ideológica del director no enturbia lo suficientemente la película como para que el espectador no pueda considerar el film como un aceptable testimonio. Es cierto que el director se centra exclusivamente en la sociedad palestina y que en ningún momento se moja dentro del conflicto entre árabes e israelís, pero como rechazo al fanatismo político y religioso es un digno documento.

http://neokunst.wordpress.com/2014/03/06/paradise-now-2005/
Kyrios
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