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Voto de Kyrios:
7
Drama En medio de un árido paisaje, ante la fatiga y las alucinaciones por el calor y la solitaria estancia desde hace más de una luna, Jesús tiene un encuentro con el Diablo, quien está más que ansioso de tentar al exhausto viajero. (FILMAFFINITY)
17 de mayo de 2022
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Últimos días en el desierto (2015) es una película dirigida y escrita por Rodrigo García (hijo de Gabriel García Márquez). La obra cuenta el período de Jesús, interpretado por Ewan McGregor, en el desierto, donde fue tentado por el diablo. La película fue bien recibida por la crítica, aunque de manera más fría por el público.

Una cosa curiosa sobre los Evangelios canónicos es la brevedad con la que despachan algunos de los asuntos de la vida de Jesús. Por ejemplo, no hay ni rastro de lo que acontece durante sus años de adolescencia. Sobre la etapa en el desierto, hay que decir que San Mateo cuenta que todo esto sucedió al principio de la vida de Jesús, justo antes de que este empezara su ministerio. Es decir, cuando Cristo era más hombre que nunca, valga el blasfemo juego de palabras.


Se trata de un fragmento ya corto de por sí, donde apenas se describe la penitencia de Cristo por el desierto, siendo tentado por el Diablo. Ha sido un episodio que a pesar de su brevedad siempre ha despertado un gran interés, tanto en el pueblo llano como entre los intelectuales, porque es el momento de aceptación, en el que se supone que Cristo aceptó su misión como hijo de Dios, y a la vez es también un tiempo de duda, pues el Diablo aparece para tentar a Jesús (según San Mateo, ofreciéndole todo el poder sobre la tierra). El arte y la literatura siempre se han fijado en este momento, y no puedo no dejar de citar el maravilloso cuadro del pintor ruso Iván Kramskoy sobre dicho momento, que para mí es el que mejor retrata la escena.

A partir de este pequeño fragmento, Rodrigo García construye una película completa, que evidentemente se inventa o presupone lo que debió pasarle a Jesús en su penitencia por el desierto, desde un punto de vista espiritual, que no totalmente cristiano, y me atrevería a decir que lejos de la fervorosidad religiosa de personajes como Mel Gibson.

El guion construye una historia en la que Jesús conoce a una familia hebrea de aquella época, donde el paterfamilias lo decidía absolutamente todo. Aislados en el desierto, viven así porque el padre se empeñó en ello, a pesar de ir contra la voluntad del hijo. Jesús se acerca a ellos para ayudarles en la construcción de la que se supone ha de ser la casa en la que vivirá el adolescente cuando se haga mayor.

Obviamente la evolución de los personajes desglosa mucho de los temas que preocupan a Rodrigo García. La película se plantea la relación padre-hijo y no solo la plantea desde el punto de vista entre Cristo-Dios, sino que parece ampliarla a todo el género humano. Por una parte, sabemos que el Dios Vetotestamentario no tiene nada que ver con el del Nuevo. ¿Por qué ese cambio radical? ¿Por qué se pasa de la venganza a la piedad? Personalmente el propio director también parece quererse explayar en sus propios fantasmas, y es que ser hijo de uno de los mejores escritores del siglo XX, no debe ser fácil. ¿Cómo matar al padre en ese caso?

La película tiene escenas de gran belleza, sobre todo debido a las magníficas localizaciones. Evidentemente, y a pesar de contar con una gran estrella en el reparto, estamos ante una película reflexiva más que una obra de frenético montaje. Sin embargo, y a pesar de que no es una película redonda, merece la pena, sobre todo por fotogramas como el que cierran la película. Han pasado dos mil años y una sola persona cambió el mundo occidental para siempre. ¿Pero que sucedió realmente? 

En algún sentido, la película puede relacionarse con la obra literaria de José Saramago, El Evangelio según Jesucristo, obra con la que el portugués consiguió el premio Nobel de Literatura en el 1998. Vaya por delante el hecho de que la obra de Saramago es una obra maestra, a diferencia de la película de Rodrigo García, pero sin duda ambas comparten una visión laica sobre la vida de Jesús.

Para García, el Jesús histórico es sin duda una persona especial. Pero no especial por tener poderes, porque como ya dijimos, la etapa en el desierto es el momento de duda. El padre de familia le llama Santo, porque ya sabe que el desierto es un lugar de peregrinación y como dice, ha visto otros "santos" marchar por el desierto, buscándose asimismo. ¿Quién es entonces? ¿Cuál es la línea que separa la locura y la bondad? ¿Es solo un "santo" más con más carisma?

Conclusión

Últimos días en el desierto es una película especial. No hay que verla pensando en que estamos ante una gran producción grandiosa que pretende contar vida y milagros de Cristo, sino ante un film que se acerca a la figura más humana de Jesús, desde un punto de vista intimista, pero no carente de espritiualidad, aunque sea mundana si se quiere decir. 

Crítica escrita para cinemagavia.es
Kyrios
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