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Chile Chile · Santiago
Voto de Guti:
7
Drama Un chico de la República de Malaui decide ayudar a las personas de su pueblo construyendo una turbina después de leer un libro en el que se explican los pasos para su creación. Inspirada en una historia real. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2019
70 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Malawi, ex-colonia británica desde el 1964, es un país al sureste de Africa, largo como una espiga de trigo y bañado en una gran parte por el lago de igual nombre. Winbe, el poblado donde se desarrolla el film, es tan solo un espejismo de lo anterior a demasiados kilómetros de ese oasis.
El país tiene una economía de subsistencia: agricultura y pesca. Negros, y unos pocos blancos, co-habitan en armonía. No tiene metales estratégicos, ni diamantes, por lo que no hay motivos para que las potencias del mundo se lo peleen a través de guerrillas. Todo lo contrario. Es un país pacífico, que incluso goza de una democracia. Se diría que su principal enemigo son la fuerzas de la naturaleza.
A finales de los 80 visité el país. Recuerdo que todas las chicas blancas deseaban casarse con un ingeniero en tabaco, la economía más pujante, pues el país no ofrecía mucho más futuro, a no ser que quisieran emigrar a las islas británicas. En una visita a un empresario negro del sector pesquero, apareció un chico joven que llevaba las finanzas de la empresa. Delante de él, y los blancos que estábamos de visita, lo aduló, señalándole como un chico muy inteligente. El William de la película.
Los hechos del film ocurren en el 2001, y aún en la distancia de los años, me recordó mucho a esa sociedad que se debate entre el pasado ancestral y la modernidad, entre el mundo de los ancianos jerarcas que velan por su pueblo y los políticos que solo ansían los votos del pueblo.
El drama de la historia real se rebela en el conflicto entre el padre obstinado por seguir la cultura aprendida de generación en generación y el hijo que quiere aferrase a la ciencia para solucionar los problemas de la comunidad.
En ese conflicto las mujeres tienen un factor gravitante, catalizando los cambios: la hermana huyendo de la hambruna, rompiendo la leyes del casamiento; y la esposa finalmente poniéndose al lado del hijo quien, perseverante como su padre, prefiere la senda de un camino con mejores augurios.
Nos acompañan durante la película los brujos de la vieja cultura, los que ya están en pleno proceso de desintegrase por la modernidad (la cara de muñeco), y que funcionan como una mera comparsa, pues durante la sequía son incapaces de dar soluciones.
La película no deja de ser un llamado de atención a las autoridades del mundo para denunciar que, con muy poco, se pueden salvar muchas vidas en Africa.
Por la ambientación, por el retrato social, por la increíble actuación del niño que hace de William, por la historia de superación, y por hacerme viajar de nuevo a ese mágico país, mi admiración a este maravilloso film.
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Guti
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