Convertido en un referente del cine latinoamericano tras las exitosas ‘Gloria’ y ‘Una mujer fantástica’, el realizador chileno Sebastián Lelio, un sensible director especialista en personajes femeninos, prueba por primera vez en inglés, con una película donde el protagonismo recae ahora en dos mujeres.

Ronit (Rachel Weisz) es una fotógrafa británica que vive en Nueva York, que toma la decisión de volver a su lugar de origen al recibir la noticia de la muerte de su padre, un respetable rabino, por lo que viaja a pesar de saber que no será bien recibida, por lo que llega directamente a la casa de su amigo Dovid (Alessandro Nivola, quien se perfila para suceder al fallecido rabino.

Ante una incómoda bienvenida, Ronit se instala en casa de Dovid para descubrir que éste se ha casado con Esti (Rachel McAdams), su mejor amiga de la infancia y que junto con Dovid formaron un entrañable grupo de amigos en su juventud, Ronit quiere volver a Nueva York, pero debe hacerle frente a una pasión que pensó se había extinguido.

Lelio narra con calma el desarrollo de sus personajes, desenvuelve con cadencia una trama que incluye una relación que conserva su fuego intacto a pesar del tiempo transcurrido y de los hechos que han sucedido a su alrededor, permitiendo que sean los personajes los que filtren la información necesaria hacia los espectadores.

Así permite que sus personajes puedan distenderse ante una historia que en otras manos sería un insufrible melodrama, permitiendo con su puesta en escena y el buen trabajo de sus actores, sobre todo de una incontenible Rachel McAdams, que la narración avance y crezca una constante tensión entre sus personajes que se mueven entre un dilema que pone a prueba sus principios, su fe y sobre todo la obediencia que se deben a si mismos.

Lelio sale airoso de su primer reto en lengua ajena, dejando en claro su talento para narrar y desarrollar personajes, quizá menos fantásticos que los anteriores, pero complejos y entrañables.

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