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México México · Monterrey
Voto de Quique Mex:
5
Terror Una madre le regala a su hijo un muñeco por su cumpleaños, sin ser consciente de la naturaleza maligna que esconde en su interior. (FILMAFFINITY)
24 de julio de 2019
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Entre la fiebre por relanzar productos cinematográficos concebidos hace ya dos o tres décadas, ahora le ha tocado el turno a Chucky, solo que en esta nueva versión no hay posesiones diabólicas sino una negativa programación premeditada a un producto dotado de inteligencia artificial, en una película que lo mismo logra ser muy entretenida como ridícula.

El inicio de la historia se ubica en una fábrica de los famosos muñecos Buddi, en Vietnam, cuando un trabajador maltratado decide programar a uno de los muñecos solo con acciones y comportamientos negativos justo antes de empacarlo.

De ahí la acción se traslada a los Estados Unidos, donde una madre soltera, Karen (Aubrey Plaza), trabaja en unos almacenes en el área de reclamaciones, como se acerca el cumpleaños de su hijo Andy (Gabriel Bateman), decide sobornar a su supervisor y así poderse llevar un muñeco Buddi devuelto por un cliente y que no puede pagar para que sea su regalo, así, Andy encuentra en su muñeco/robot, que se autonombra como Chucky, un nuevo amigo que promete acompañarle siempre.

La primera secuencia de esta nueva versión de Chucky define bien el camino que ha de seguir este remake, dejando de lado toda la parte sobrenatural que convertía al muñeco en una diabólica amenaza, sustituyéndola por una programación premeditada que hará que la inteligencia artificial del juguete lo lleve a aprender como cometer diferentes crímenes.

Así, esta nueva versión abandona desde el inicio el terror, siendo ahora una película que abarca el suspenso y la comedia sin ningún prejuicio, incluyendo algunos momentos verdaderamente gore, y con claras referencias a ‘La masacre de Texas 2’, para terminar convirtiéndose por momentos en una parodia de la original y lejos de la atmósfera conseguida por Don Mancini y Tom Holland 31 años atrás.

Si bien la película consigue algunos momentos brillantes, pronto estos son seguidos de otros que son irrisorios e involuntariamente cómicos, que superan las intenciones de su discurso contra el mal uso que le damos a la tecnología, en una película que cuenta entre sus virtudes el buen trabajo de Mark Hamill como la voz de Chucky, en una película que transita entre la irregularidad de su narrativa y lo inestable de su puesta en escena.

https://tantocine.com/el-muneco-diabolico-de-lars-klevberg/
Quique Mex
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