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Voto de Brian Edward Hyde:
7
Drama A principios de los ochenta, un congresista americano aficionado a la diversión, una mujer de la alta sociedad de Houston defensora acérrima de las buenas causas y un agente de la CIA apasionado por los retos, conspiraron para llevar a cabo la mayor operación secreta de la historia. Joanne Herring (Julia Roberts), una de las mujeres más ricas de Texas y virulenta anticomunista, convenció al congresista Charlie Wilson (Tom Hanks) para ... [+]
27 de enero de 2008
42 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si nos fijamos en su filmografía más reciente (sería imposible obviar El graduado) Mike Nichols es interesante no sólo por el duro análisis sobre las relaciones de pareja que llevó a cabo en Closer, sino también por la miniserie de la HBO Ángeles en América, donde retrataba el drama del sida en la década de los ochenta. Ahora regresa con una nueva cinta donde se aleja de los temas tratados anteriormente y se mete de lleno en la política internacional, concretamente en la invasión soviética a Afganistán que se dio durante los ochenta, y cómo Estados Unidos medió para acabar con el conflicto.
La historia cuenta la lucha de un congresista tejano, su mecenas y amante y un agente de la CIA para lograr que los fondos destinados a operaciones contra la URSS se incrementen de forma clandestina y lograr de nuevo cierta estabilidad en la zona en conflicto.
El hecho de estar basada en hechos y personajes reales no hace sino incrementar la necesidad de ciertas licencias narrativas, y en este caso Nichols apuesta por el tono burlón que ya le funcionó en anteriores trabajos. Charlie Wilson (Tom Hanks) es un hombre bonachón y vividor, y en cierto modo políticamente incorrecto como congresista estadounidense. Esto queda claro desde la primera escena. El guión va al grano a la hora de presentar a los personajes: muestra su personalidad mediante la forma de hablar, los gestos y el propio entorno que rodea a cada uno. Así pues, posteriormente encontramos a Philip Seymour Hoffman en el papel de un agente de la CIA tan caracterizado que puede resultar algo caricaturesco, pero funciona. Repite con Nichols, después de su último trabajo, Julia Roberts en un papel tan cómodo que le sienta como un guante, el de mujer de poder e influencia embutida en una atmósfera de glamour.
Poco a poco se va tejiendo la relación entre los tres personajes hacia un mismo objetivo, la lucha contra las fuerzas comunistas que oprimen en Afganistán. Tanto la historia como el tono son un arma de doble filo. La primera, porque tomada con la gravedad de cualquier cinta bélica podría pasar por aburrida a pesar del guión de Aaron Sorkin. El tono, porque ciertos temas no aceptan más que una perspectiva para no caer en la payasada. No obstante, La guerra de Charlie Wilson consigue conciliar una historia donde lo más relevante es el diálogo con el tono golfo de las comedias clásicas, cosa que en gran medida se logra gracias a un Tom Hanks que se mueve como pez en el agua; parece Tom Hanks haciendo de Tom Hanks haciendo de Charlie Wilson. No destaca ninguna interpretación, los tres principales se encuentran cómodos en sus papeles, como si actuaran por una suerte de inercia. A pesar de ello se nota la química cuando dos de ellos aparecen en pantalla, ya sean Hoffman-Roberts (su breve conversación en el bar), Hanks-Roberts o Hoffman-Hanks.
(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Brian Edward Hyde
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