Pocas veces lo masivo, lo popular, se mezcla con algo de culto.
Dragon Ball Z engloba esas cualidades y varias otras.
Hace ya casi 20 años que esta serie se ha dejado de animar y sin embargo sigue siendo un éxito en Estados Unidos, Japón, Latinoamérica y parte de Europa.
Cuando le preguntas a tus conocidos sobre quien es su personaje favorito, muchos te dicen "no puedo elegir sólo a uno, es injusto con el resto".
Me ha sucedido debatir muy acaloradamente en una charla entre amigos sobre quien y por qué es el mejor villano de la serie, y como estas podría contar muchas anécdotas más.

La serie ha sido ha sido imitada a veces con mejor o peor suerte, quizás Naruto sea el mejor ejemplo de series influenciadas por DBZ. Si bien en algunos puntos se parece a la serie de Goku y cia. la misma también posee su personalidad propia.

Nunca antes una serie había mostrado a unos personajes con esa calidad de delineamiento, sus personalidades son muy disímiles. Desde el inocente Gokú, el irascible Vegetta, el sabio/guerrero Píccoro, etc.

Ni hablar de los malos MUY malos: Creo que pocos personajes pueden compararse con Freezer, todo crueldad, refinamiento y frialdad hasta que se topa con su némesis (Gokú, quien otro?) y ya no se lo ve tan tranquilo.

Escenas memorables que no se borrarán de la memoria de los fans en mucho tiempo, como la primera transformación de Gokú en Super Saiyajin, la batalla final contra Freezer, los momentos de tensión previos a la llegada de Cell, la desesperación ante la llegada a la tierra de los Saiyajin malvados y muchas otras.

Pocas veces he sentido en una misma serie, emoción, enojo, euforia, tristeza o alegría como en esta.
Y el capítulo final de DB GT es de antología, no esperaba algo así, me dejó un nudo en la garganta y sin poder hablar.

Muchas gracias maestro Toriyama, por haberle dado vida a Gokú, Vegetta, Piccoro, Krillin, Ten Shin Han, Freezer, Maestro Roshi, Bulma y demás personajes que si bien son de fantasía, comparten sus aventuras conmigo desde hace ya muchos años.