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España España · Santiago de Compostela
Voto de Mia Wallas:
10
Drama. Intriga Los doce miembros de un jurado deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. Todos menos uno están convencidos de la culpabilidad del acusado. El que disiente intenta con sus razonamientos introducir en el debate una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto. (FILMAFFINITY)
25 de septiembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sidney Lumet llevó al cine una propuesta triunfal en formato teatral y que convirtió también en triunfo personal en su adaptación al formato cinematográfico.

El argumento nos coloca frente a un jurado formado por doce hombres que debaten sobre la culpabilidad o inocencia de un joven acusado del homicidio de su padre. Esta decisión podrá conllevar, bajo las penas criminales estadounidenses, bien a aplicar la pena de muerte o bien a salvar al acusado de la misma.

Bajo esta simple línea argumental se plantean distintas cuestiones sociales, políticas y legales. Se parte de un claro posicionamiento del jurado, a excepción de uno sólo de sus componentes, pero suficiente como para no llegar a la unanimidad exigida para absolver o condenar. El papel interpretado por Henry Fonda, posicionado a favor de la absolución, cuestiona la culpabilidad que el resto del jurado le achaca por unas meras y primitivas creencias que las pruebas no pueden contradecir y que serán cuestionadas junto con las pruebas practicadas y la idoneidad de los componentes del jurado para emitir veredicto.

El jurado número 8 desgrana una a una las pruebas practicadas en juicio para ir deconstruyéndolas y plantearlas desde otra perspectiva, dando pie poco a poco a vislumbrar ciertas dudas acerca de la culpabilidad del imputado que van creciendo a medida que de la exposición razonada, tranquila y objetiva de los hechos y de los testimonios prestados en juicio, hasta alcanzar la incertidumbre de algunos miembros del jurado que hará que se cuestionen la culpabilidad del imputado a lo largo de la sesión que en principio parecía claramente breve y predecible, y que acaba convirtiéndose en una sesión infernal en la que se enfrentan no sólo los hombres que componen el jurado, sino también sus respectivos posicionamientos, ideales, vivencias y perjuicios étnicos y sociales. Además de mostrar a los espectadores las deficiencias de un sistema por jurado que durante largos años en los Estados Unidos funcionaba desde los perjuicios de los distintos miembros y mostrando también la importancia de una equidad dentro del tribunal que conforma el jurado como también de la necesidad de diversidad y un necesario rechazo a conformar mayorías de similares ideologías, sino la conformación del mismo por una diversidad de ciudadanos que enriquezcan las discusiones desde diferentes puntos de vista para evitar que sus decisiones se tomen desde los perjuicios del subconsciente colectivo.
Mia Wallas
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