9 de febrero de 2013
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Tras un cuarto de hora de sermón de tipo religioso que consigue la indignación del espectador, da comienzo un tiroteo que dura más de media hora. Refleja de manera correcta hasta qué punto el sectarismo de ciertas creencias pueden hacer cometer actos deleznables. La historia se entremezcla con una llamada a los dilemas éticos en los que pueden encontrarse las fuerzas de seguridad. La película hace una llamada floja, pero llamada al fin y al cabo a la irracionalidad en la que puede desembocar las creencias religiosas fanáticas.
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