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España España · Madrid
Voto de kepamk:
9
Drama Un tiránico y manipulador productor de cine (Kirk Douglas), que ha caído en desgracia, pide ayuda a un director (Barry Sullivan), a una actriz (Lana Turner) y a un guionista (Dick Powell), a los que ayudó a triunfar, pero que tienen sobradas razones para detestarlo. Los tres le reprocharán su falta de escrúpulos para alcanzar el éxito sin reparar en las personas a las que traicionaba o engañaba. (FILMAFFINITY)
26 de septiembre de 2007
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cautivos del mal es uno de los más justamente celebrados melodramas del maestro Minelli, y lo es por ser capaz de aunar en la historia infinidad de tópicos, asimilarlos con naturalidad y sublimarlos hasta unos límites que rozan el arrebato y que le confieren una fuerza y un aire tumultuoso casi magistral.
Impregnada de un sentido del glamour irrepetible, su excelente reparto en el que incluso la siempre hierática e inexpresiva Lana Turner esta soberbia (como presencia escéncia e incluso como actriz), su excelente fotografía en blanco y negro (así que olvidémosnos del magistral uso del color tan caro a Minelli) le otorga ese aire mítico y de homenaje a un mundo que en la época de su realización ya empezaba a ser casi un vestigio del pasado.
Estructurada en varias historias concéntricas en torno a la figura de un productor fácilmente reconocible en la época, el estupendo guión sabe sacar partido a la idea de la ambiguedad y dar la vuelta al concepto de verdad y mentira gracias a una inspirada realización que desentraña con mas cariño que mordiente el negocio del cine y los resortes que lo mueven. Su continuación años más tarde fué "Dos semanas en otra ciudad", que pese a estar interpretada también por Kirk Douglas y contar con la estimulante presencia de Cyd Charise quedaba bastante por debajo de esta, aún siendo muy recomendable.
Por todo esto "Cautivos del mal" es un clásico incontestable de los años 50, en el que quizás un poco más de acidez y espíritu crítico no hubiesen venido mal, pero que pese a todo resulta visualmente esplendorosa, y argumentalmente apasionante, aunque en algunos momentos el cine remita por su estética kistch más al espíritu de los años 40 que al de su década de realización. Con todo una obra imprescindible, fácil de ver y disfrutable sin fisuras de comienzo a fin. Todo un ejemplo del mejor cine de los estudios americanos de la época y prueba indiscutible del gran talento de Minelli en el género melodramático
kepamk
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