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Voto de 32_pulgadas:
4
7 de agosto de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que decir que la película en cuestión mantiene cierta tensión dentro de un sinfín de incongruencias, partiendo de la base que toca un tema muy sensible y repugnante lo que hace que el malo sea malísimo y el bueno lo sea, haga lo que haga.
Esta adolescente versada y culta, de lengua locuaz y viperina, con conocimientos médicos, de fuerza descomunal, experta en nudos, experta en armas y psicóloga en sus ratos tensos la convierte en una Adolescenator de última generación.
Con respecto al malo, un tipo de perversión de tal calibre tendría la casa repleta de material pedófilo, tan solo hay que ver las redadas contra la pedofilia la policía saca un montón de pruebas que los inculpan, excepto en el caso que nos ocupa que lo tenía todo guardado en una cajita de zapatos con clave de tonto.
Y el final es absolutamente irrisorio y facilón, el malísimo no se arrepiente de nada en toda la película y nunca haría lo que hizo, salvo por exonerar a la víctima de mas brutalismo y evitar que acabe matando a alguien.
Por cierto lo de la vecina, las galletas, la brecha en la frente y el otro rebuznando dentro de la casa es antológico.
Esta adolescente versada y culta, de lengua locuaz y viperina, con conocimientos médicos, de fuerza descomunal, experta en nudos, experta en armas y psicóloga en sus ratos tensos la convierte en una Adolescenator de última generación.
Con respecto al malo, un tipo de perversión de tal calibre tendría la casa repleta de material pedófilo, tan solo hay que ver las redadas contra la pedofilia la policía saca un montón de pruebas que los inculpan, excepto en el caso que nos ocupa que lo tenía todo guardado en una cajita de zapatos con clave de tonto.
Y el final es absolutamente irrisorio y facilón, el malísimo no se arrepiente de nada en toda la película y nunca haría lo que hizo, salvo por exonerar a la víctima de mas brutalismo y evitar que acabe matando a alguien.
Por cierto lo de la vecina, las galletas, la brecha en la frente y el otro rebuznando dentro de la casa es antológico.