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Voto de ChusCo:
6
7,0
3.047
Drama
Los Farel son una pareja poderosa: Jean es un destacado periodista francés, y su esposa Claire una ensayista conocida por su feminismo radical. Juntos tienen un hijo ejemplar, Alexandre, que estudia en una prestigiosa universidad estadounidense. Durante una breve visita a París, Alexandre conoce a Mila, la hija de la nueva pareja de su madre, y la invita a una fiesta. Al día siguiente, Mila presenta una denuncia contra Alexandre por ... [+]
14 de febrero de 2023
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El meollo de la cuestión parece ser como juzgar si hubo o no consentimiento cuando no hay testigos y hay versiones contrapuestas. Pero finalmente la cuestión es otra, porque el director nos ofrece parte de lo que ocurrió, pero nos oculta hechos (o el debate sobre si ocurrieron o no ocurrieron) cuando son absolutamente determinantes. Y para más inri tirando de topicazos. La película no va de lo difícil que es juzgar dos versiones contrapuestas cuando no hay pruebas. La película va de lo insuficiente que es el No es NO y de lo necesario que es el SI ES SI, para suplir la falta de pruebas. Ver Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El director ofrece la versión de él y la de ella y retazos de lo que pasó en realidad. No sabemos lo que pasó, pero en los alegatos finales el asunto del cuchillo debería ser determinante, porque lo crucial es que ella calló por un miedo insuperable.No, no me apetece, estás loco, eres un cerdo, me voy, no me encuentro bien.... Un NO es NO en diferentes versiones. Lo crucial es saber si tenia miedo por causas objetivas, una amenaza con arma blanca..
Si la chica pudo decir NO y no lo dijo, igual nos ponemos a juzgarla.
Vamos allá. Ella es un corcho carente de emoción antes del episodio, como si no le intrigara o le excitara o le asustara ir a la caseta, que sería lo normal y encajaría con haberse animado a beberse el champan y a fumarse el porro que la ofrecen (porque de que beba y fume tiene la culpa el chico, ella en realidad NO quería y además, como no bebe, con media copita y una calada en cinco minutos pierde sus facultades mentales).
Toda la falta de determinación para negarse que tiene en la caseta la recupera para denunciar, que sorpresa. Igual el problema va a ser que un cierto deseo sexual le nublaba el discernimiento, por sugerir una hipótesis alternativa al miedo paralizante.
Para no juzgar a la chica nos lo ponen fácil; 17 años (no 22 como el), no está en pleno uso de sus facultades, no tenía el mas mínimo interés sexual. Añadamos una madre puritana reforzando el ni fuma, ni bebe ni va con tíos. Pero es que además tenía pánico (el hijo del novio de su madre la amenazó con un cuchillo, el muy lumpen).
¿No es suficiente? Vale, entonces que el chico sea rico, sobrado y machista.¿Hasta el punto de la inverosimilitud? Pues venga, aunque no encaje que un tío listo y considerado se comporte como nos cuentan con la hija del novio de su madre, incluido el arquetípico zafio concurso de machotes para más inri. Al muy guarro le gustan las groserías y las felaciones y el muy cerdo le cuente a la chica lo del concurso y la deja sola en la caseta.
En fin, al final no es una película sobre la dificultad juzgar si hubo o no consentimiento, sino que los hechos se configuran en beneficio del “sólo SI ES SI”, porque, aunque es tan difícil de probar como el “NO es NO”, da mucho más juego en los tribunales, al poner al denunciado en la picota, en lugar de que la denunciante tenga que justificar su denuncia. En este planteamiento se elude que no se trata de mujeres contra hombres, sino de la categoría general de acusador contra acusado. En cualquier delito. Cuando no haya pruebas y haya dos versiones (sea un delito sexual, o corrupción, chantaje, hurto…). El género y el sexo (valga la redundancia o la confrontación o lo que sea) no es lo determinante. Lo importante es no castigar a un inocente. El famoso in “dubio pro reo”, por desgracia frase en masculino plural universal que también abarca a las mujeres, en contra de lo que a primera vista (o primer oído) pudiera parecerle a un marciano que acabe de aterrizar.
Para colmo la película alienta tópicos machistas porque la mujer que describe es menor, esta temploralmente incapacitada, carece de deseo sexual, actúa bajo amenaza. Puro sexo débil. Como si todo ello fuera necesario para demostrar que es de fiar, en paralelo con la linea argumental de que de los hombres no te debes fiar porque son todos unos cerdos, segun la rancia sabiduria popular. Para colmo los encargados de velar por estas inocentes florecillas deben ser los hombres. Ellas no tienen boca y si la tienen, igual se equivocan por lo que deben arrancarles un SI es SI, no sea que no nos estemos entendiendo...porque los hombres y las mujeres no somos iguales (¿o esta conclusión es llegar muy lejos?).
En fin, supongo que la película no solo describe el relato cultural de los tiempos, sino que lo da por bueno. Y si es así la solución para los machos heterosexuales; dejad a las tías en paz o dejadlas contentas. Por drástico que parezca, es mejor que tener que elegir entre pasar por el notario o por el altar.
Si la chica pudo decir NO y no lo dijo, igual nos ponemos a juzgarla.
Vamos allá. Ella es un corcho carente de emoción antes del episodio, como si no le intrigara o le excitara o le asustara ir a la caseta, que sería lo normal y encajaría con haberse animado a beberse el champan y a fumarse el porro que la ofrecen (porque de que beba y fume tiene la culpa el chico, ella en realidad NO quería y además, como no bebe, con media copita y una calada en cinco minutos pierde sus facultades mentales).
Toda la falta de determinación para negarse que tiene en la caseta la recupera para denunciar, que sorpresa. Igual el problema va a ser que un cierto deseo sexual le nublaba el discernimiento, por sugerir una hipótesis alternativa al miedo paralizante.
Para no juzgar a la chica nos lo ponen fácil; 17 años (no 22 como el), no está en pleno uso de sus facultades, no tenía el mas mínimo interés sexual. Añadamos una madre puritana reforzando el ni fuma, ni bebe ni va con tíos. Pero es que además tenía pánico (el hijo del novio de su madre la amenazó con un cuchillo, el muy lumpen).
¿No es suficiente? Vale, entonces que el chico sea rico, sobrado y machista.¿Hasta el punto de la inverosimilitud? Pues venga, aunque no encaje que un tío listo y considerado se comporte como nos cuentan con la hija del novio de su madre, incluido el arquetípico zafio concurso de machotes para más inri. Al muy guarro le gustan las groserías y las felaciones y el muy cerdo le cuente a la chica lo del concurso y la deja sola en la caseta.
En fin, al final no es una película sobre la dificultad juzgar si hubo o no consentimiento, sino que los hechos se configuran en beneficio del “sólo SI ES SI”, porque, aunque es tan difícil de probar como el “NO es NO”, da mucho más juego en los tribunales, al poner al denunciado en la picota, en lugar de que la denunciante tenga que justificar su denuncia. En este planteamiento se elude que no se trata de mujeres contra hombres, sino de la categoría general de acusador contra acusado. En cualquier delito. Cuando no haya pruebas y haya dos versiones (sea un delito sexual, o corrupción, chantaje, hurto…). El género y el sexo (valga la redundancia o la confrontación o lo que sea) no es lo determinante. Lo importante es no castigar a un inocente. El famoso in “dubio pro reo”, por desgracia frase en masculino plural universal que también abarca a las mujeres, en contra de lo que a primera vista (o primer oído) pudiera parecerle a un marciano que acabe de aterrizar.
Para colmo la película alienta tópicos machistas porque la mujer que describe es menor, esta temploralmente incapacitada, carece de deseo sexual, actúa bajo amenaza. Puro sexo débil. Como si todo ello fuera necesario para demostrar que es de fiar, en paralelo con la linea argumental de que de los hombres no te debes fiar porque son todos unos cerdos, segun la rancia sabiduria popular. Para colmo los encargados de velar por estas inocentes florecillas deben ser los hombres. Ellas no tienen boca y si la tienen, igual se equivocan por lo que deben arrancarles un SI es SI, no sea que no nos estemos entendiendo...porque los hombres y las mujeres no somos iguales (¿o esta conclusión es llegar muy lejos?).
En fin, supongo que la película no solo describe el relato cultural de los tiempos, sino que lo da por bueno. Y si es así la solución para los machos heterosexuales; dejad a las tías en paz o dejadlas contentas. Por drástico que parezca, es mejor que tener que elegir entre pasar por el notario o por el altar.