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Estados Unidos Estados Unidos · Hellstown
Voto de DPD:
4
Fantástico. Thriller. Acción Gotham City se enfrenta a dos nuevos y peculiares criminales: el diabólico y siniestro Pingüino, una criatura solitaria y extrañamente deformada, y la hermosa y seductora -aunque letalmente peligrosa- Catwoman. Batman se deberá enfrentar a Pingüino, que quiere convertirse en el amo de la ciudad. (FILMAFFINITY)
5 de mayo de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la exitosa primera parte Burton regresa con una continuación que no sé si gozó de mayor presupuesto, pero se la ve desde luego más cutre. Con unos escenarios en exceso modernistas al final te das cuenta de que Gotham se compone de una única esquina en una pequeña plaza.

La estética y la película en conjunto es excesivamente extravagante, con un director desatado en lo que a extrañezas se refiere. El guión es algo deslabazado, con muchos parones, falta de tensión, momentos mal dirigidos, y el resultado es así irregular, como si siguieran las escenas unas tras otras pero sin dar al todo una impresión de conjunto orgánico.

Los payasos y todo ese histrionismo llegan a ser verdaderamente repelentes y estúpidos, así como otros elementos bastante chirriantes, como el patito amarillo del pingüino, o que Catoman (vista con la perspectiva actual) no resulte ser más que una mujer neurótica.

El maquillaje del pingüíno es bastante bueno, lo que contrasta con la pésima caracterización de Christopher Walken. Recuerdo cuánto se habló en su momento de la sensualidad de catwoman, que vista ahora resulta bastante inocente.

Estas cosas, además de las tonterías como las del cochecito del pingüíno con el que controla el batmóvil hacen a la película difícilmente soportable, un auténtico bodrio. Creo que es una película hecha con desgana, y que nació ya caduca. Además, toda esa roña dió paso a la también extravagante Batman Forever y la deleznable Batman y Robin. Basta con ver la primera escena en la que aparece batman para darse cuenta de que el resto de la película va a ser un truño como una casa, de lo mal dirigida que está.

En resumen, una mala continuación que siempre fue mala pero que hoy es aún peor. No sé si es que Burton intentó darle un aire de fábula como el que le dio a Eduardo Manostijeras, pero ni le queda bien ni da buen resultado. Todo el tiempo se rompe la suspensión de credulidad, como cuando el perrito coje el batarang...

Se puede ver más como una curiosidad hecha hace más de veinte años, por su singular estética, que como película en sí misma. Malucha, prescindible.
DPD
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