La película sigue con la línea del resto; un grupo de adolescentes se enfrentan a las fuerzas del mal a medida que van llegando a la pubertad mientras la película nos cuenta todo un año académico de estancia en Howards.
El guión es de lo más predecible y los personajes son de lo más plano; Harry Potter sigue siendo el bueno, aunque aquí le llaman el elegido (como a Neo, que gracia), sus amigos siguen siendo exactamente iguales y al otro lado está Draco al que han vestido como un cura y le han dicho que ponga cara de estreñido para que de miedo. Por otro lado la actuación de los personajes es de lo más acartonada e insustancial con la excepción de Helena Bonham Carter. Los efectos visuales están por doquier pero ninguno de ellos me pareció innovador o memorable en absoluto, es más me pareció que las criaturas del lago de dentro de la montaña al que viaja Harry Potter se le parecían demasiado a Gollum.
Viendo estas películas me doy cuenta del filón que han encontrado tanto J.K. Rowling como los productores de estos somníferos de hacerse ricos a costa de contar historias de lo más simples.
En conclusión, 'Harry Potter y el misterio del principe' es una película larga y aburrida que a mi me recuerda cada vez más a 'High School Musical' con la diferencia de que en lugar de cantar hacen magia, aunque la auténtica magia es la de crear dinero a través de millones de ilusos que se contentan con amoríos tontos de adolescentes, peleas ridículas con varitas mágicas, nombres de hechizos aun más ridículos y una historia que parece no progresar en ningún aspecto excepto en el de las relaciones de pareja de los acartonados protagonistas.