El guión es malo, con un sentido infantil del espectáculo y del humor –recordemos (o mejor no) la persecución en el festival de cine porno de Las Vegas–, con un punto de partida que es una incoherencia en sí mismo –¿una estrella del porno que no tiene otra cosa que hacer que enamorarse del vecinito?– y con la utilización continua de los tópicos de este tipo de cine adolescente; el montaje, caótico y descuidado, busca hasta aburrir el morbo fácil a base de escenas intercaladas que muestran las "calenturientas" imágenes que pasan por las cabezas de los muchachos. Algunos chistes tenían posibilidades, pero están muy desperdigados, y la mayoría copian ideas de otras películas.
Al final no hay crítica social por ningún lado: ni se muestra lo que es el mundo del porno; ni los aspectos más inquietantes de un sistema educativo tan competitivo como el americano –¡pero si el mismo protagonista tiene un póster del tío Sam de J. M. Flagg reclutando soldados en tu habitación!–; ni se incide mordazmente en el concurso de popularidad que es la adolescencia en ese país, tanto si eres un gañán deportista como si eres un genio; ni nada de nada.

PD: ¡Cómo está la tía! ¡Cómo está la tía! ¡Cómo está la tía! ¡Cómo está la tía! ¡Cómo está la tía!