Kevin Bacon da vida a un padre de familia que visita durante sus vacaciones el Gran Cañón del Colorado. Lo que no esperaban era que iban a llevarse como souvenir a una fuerza sobrenatural que se alimenta del miedo.

Dirigida por Greg McLean, que ha dedicado casi la totalidad de su carrera a las películas de Wolf Creek, de la que se espera una tercera entrega para el año 2018.

Bienvenido a una película más de Blumhouse Productions, la productora con más películas de terror en menos tiempo que he visto en mucho tiempo.
La película no es más que eso, una más para el montón de terror comercial de segunda categoría. Todas las películas son iguales cambiando el origen del mal en cuestión y... tal vez la figura del ente en sí.
Admito que el principio de la película prometía, podían haber trabajado cosas muy interesantes pero una vez más no intentan crear nada más que un par de sobresaltos.
El final no es tan típico ya que pueden hacer una segunda parte fácilmente pero al menos y por primera vez en muchas películas el ente sobrenatural pierde y desaparece. Como sabréis en todas las demás películas se gana pero en realidad enseñan como resurge aquí en cambio la historia queda cerrada.

En el reparto solo una figura conocida, Kevin Bacon como el padre de familia que simplemente no se entera de nada hasta los últimos veinte minutos, su interpretación no es mala.

Podemos estar ante el primer batacazo en taquilla de una película de terror. Sigue saliendo rentable ya que invirtieron 4 M$ y han recaudado 10 M$ pero sigue siendo un auténtico fracaso. Menos se merece esta película.

Como resumen, la película es horrible. No hace nada que no hiciesen en cualquier otra película de terror, ni siquiera consigue dar un sobresalto, no da miedo, no da nada. Simplemente no aciertan en nada, ver esta película es perder el tiempo. Mi nota es un 2.

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