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España España · Santander
Voto de burton:
10
Drama En la Roma de la posguerra, Antonio, un obrero en paro, consigue un sencillo trabajo pegando carteles a condición de que posea una bicicleta. De ese modo, a duras penas consigue comprarse una, pero en su primer día de trabajo se la roban. Es así como comienza toda la aventura de Antonio junto con su hijo Bruno por recuperar su bicicleta mientras su esposa María espera en casa junto con su otro hijo. (FILMAFFINITY)
15 de enero de 2007
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con estas palabras se dirigía Antonio Ricci (Lamberto Maggiorani) a su hijito Bruno (Enzo Staiola) cuando le intentaba consolar y de paso autoconsolarse por la nefasta pérdida de su medio de locomoción, de vida y de trabajo como reciente fijador de carteles publicitarios de cine después de un largo período de desempleo durante dos largos años; la bicicleta.

Obra culmen del neorralismo, el maestro Sora, De Sica firma aquí esta ESPLÉNDIDA y MARAVILLOSA obra de la difícil postguerra italiana, repleta de miseria, desarraigo y desamparo.

Nunca jamás hasta entonces nadie plasmó en pantalla como de Sica el indestructible vínculo paterno filial del ser humano...ni siquiera los cineastas italianos posteriores con magníficas obras al respecto como Roberto Benigni con "La vida es bella ó Nanni Moretti con "La stanza del figlio", supieron llegar a la cima ó culmen coronada por De Sica.

Los maravillosos planos panorámicos a lo largo de la Roma menos conocida, en mitad de aquella miseria y esperpento, por el mercado negro de Porta Portese cuando Antonio, Bruno y su hombre de confianza Baiocco (Gino Saltamerenda), buscaban minuciosamente las piezas de la bicicleta usurpada...aquel cuadro Fibes cuya matrícula diera con el ladrón...

Basada en el romance del pintor y escritor italiano Luigi Bartolini, De Sica lo trasladó sabiamente a la gran pantalla gracias también a la inestimable colaboración del artista multidisciplinar Cesare Zavattini...era la época del neorralismo, donde en mitad del dolor, la miseria y la deseperanza estaban allí para retratarlo de forma profética artistas del renombre de Vittorio De Sica, Roberto Rosellini ó Federico Fellini (entre otros muchos), quienes no exentos algunos de ellos de un descomunal talento para el medio artístico, divulgaron a todo el mundo las enseñanzas de aquella etapa.

Actores no profesionales, encuadres panorámicos y retratistas de aquella miseria...historias sobre el desarraigo que calaban hondo en la psique colectiva del espectador de ayer y de hoy (y seguro del futuro).

Bravísima y sorprendente la interpretación del no profesional Lamberto Maggiorani como padre desgraciado, para cuyo papel en un principio se pensó en el mismísimo Gary Grant, acompañado además por el benjamín Enzo Staiola como su hijo Bruno, y a quien según cuenta la leyenda De Sica finalmente contrató por sus peculiares andares.

Una espléndida fotografía en blanco y negro la de Carlo Montuori y una banda sonora memorable la de Alessandro Cicognini... la de esta paradigmática y entrañable película tantas veces homenajeada (Woody Allen lo hizo en "Broadway Danny Rose" con aquella mítica escena de la adivinadora) y que como dato anecdótico supuso también la primera aparición cinematográfica del insigne Sergio Leone haciendo una brevísima aparición como capellán resguardándose de aquella repentina lluvia en el mercado negro de Porta Portese, en mitad de la dramática búsqueda.

B R U T A L.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
burton
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